Del Manquepierda al Eurobetis: la emocionante historia de Faustino y su nieto Jaime

Llega un momento en la vida en la que hay que tomar decisiones más o menos drásticas. Incluso en cosas tan aparentemente banales como el fútbol. En la de Faustino Fernández Suárez, adornada con más de 70 primaveras, ha habido muchos de esos instantes. Algunos relacionados con el Real Betis de su alma. En ElDesmarque hemos tenido el privilegio de ser testigos de un día emocionante en la vida Faustino y también en la de su nieto, Jaime Baena Fernández. La consumación de una de esas decisiones realmente trascendentales en la siempre emocional vida de un hincha de fútbol. Dos generaciones distintas unidas por una misma pasión verdiblanca.

Tras demasiados meses de dificilísima pandemia, de ver al Real Betis por televisión y de luchar contra los inevitables achaques de la vida, Faustino decidió que había llegado el momento, a sus 71 años, de cumplir una promesa: llevar a su nieto de viaje para ver al Eurobetis. Lo hará este jueves en Budapest (Hungría), en el partido ante el Ferencvaros. Tras varios días en los que contuvo sus ganas y guardó el secreto, Faustino quiso darle la sorpresa a Jaime delante de las cámaras de ElDesmarque.

Bético de esos a los que le brillan los ojos cuando habla en verde y blanco, Faustino no entiende su trayectoria vital sin el club de las trece barras. Con apenas 14 años era uno de esos niños felices que acudían al estadio de la mano del padre. Hasta que un día se la soltó. Mandaron al joven Faustino al partido para que después, en tiempos de poca inmediatez mediática, le contara al padre, enfermo y encamado, cómo había ganado su Betis. Pero cuando regresó no encontró ya a quien narrarle epopeya alguna. Lo cuenta a ElDesmarque su hija Isabel, madre de Jaime.

Fue entonces cuando Faustino tomó una de esas decisiones drásticas de las que hablábamos: no ir más al campo del Betis. Sencillamente no podía soportarlo. Era incapaz de acudir solo. Así estuvo décadas, guardando en el recuerdo cómo él y su padre eran dueños de cuatro de esas cientos de manos que levantaron al Real Betis desde la Tercera y lo empujaron hasta la Primera División. Fundadores en puridad del célebre Manquepierda, fundamental para entender la idiosincrasia del beticismo.

Pero llegó otro de esos momentos vitales en los que Faustino decidió que había llegado la hora de tomar una decisión: volver a Heliópolis. A casa. Había pasado medio siglo y ya tenía a quien darle la mano de nuevo: a su pequeño nieto Jaime. Así fue como regresó, ya para siempre, al hogar de todos los béticos.

Ahora, sin olvidar aquella alegría orgullosa cuando celebró de la mano de su padre el adiós a la Tercera División, algo que sólo los más viejos alcanzan a entender en plenitud, disfruta de "un Betis que ilusiona" en Europa. Un Betis que ha sido capaz de devolverle aquella fuerza que Faustino le prestara en los años 50 para que ahora, en el siglo XXI, pueda llevar de la mano a Jaime por los confines del Viejo Continente. Toda una vida en verde y blanco, del Manquepierda al EuroBetis. Ya saben... de abuelos a nietos.