Ganar sí que es bonito

Cuando apareció el once del Betis con Amat como pivote, las dudas empezaron a aflorar. Era casi imposible que el Betis ganara en Málaga así, pero el fútbol calla bocas. Y el Betis lo cumplió. Un partido muy digno para despejar muchas dudas y mirar hacia arriba. Un partido donde Sergio León por fin respiró. Un partido que debe servir para exigir desde ya otro triunfo ante el Athletic, para que esta noche plácida en La Rosaleda no quede en saco roto.

Porque el Betis ganó, mereció y hasta convenció. El dúo Joaquín-Fabián tiene mucho fútbol en sus botas y esta vez todo acompañó. También la debilidad del rival, incapaz, sin ideas, pero otro Betis no hubiera hecho tanto daño. Esta vez sí que valió tener posesión, no como ante el Atlético. Al final lo que alegra al bético es ver cómo gana su equipo. Así de fácil, aunque parezca muy difícil.
Si hay un tema que no se le puede discutir a Quique Setién es que si muere en el Betis, o donde sea, morirá con sus ideas, pero algunos cambios ya se vieron. Y hasta algunos balonazos, divinos muchas veces. Aunque el Málaga apretó al inicio por el simple inicio de jugar como local. Keko avisó con un disparo cruzado y Baysse asustó de cabeza. Pero este Málaga no daba para mucho más. Y el Betis, al contrario de lo que lo podía parecer, ya se había dado cuenta de que la noche tenía pinta de ser feliz.
Con Fabián al mando de las operaciones, el Betis dibujó varias jugadas de toque que sin presión del rival son buenas. Así llegó el 0-1. Amat, a lo fácil en su puesto de pivote, inició, Barragán y Fabián siguieron el ritmo hasta que apareció Joaquín. Y el portuense se inventó un gran pase para que Sergio León se quitara un gran muerto de encima. Sólo había que ver la celebración del cordobés, que llevaba mucho tiempo sin ver puerta, demasiado tiempo para un delantero.
El gol dio alas al Betis, que con su toque y toque estaba cómodo sobre el césped. Pues sí, Amat estaba muy decente en su nuevo rol, con un escudero casi perfecto como Fabián. Y Joaquín, en su salsa. El extremo, como líder, marcó el 0-2, pero ni Alberola Rojas ni su asistente vieron el gol. Todo el mundo lo pudo ver. El balón, a pesar de la estirada de Roberto, traspasó la línea. En un mundo tecnológico, de futuro, que no haya Ojo de Halcón en LaLiga Santander es cuanto menos una vergüenza. Esta vez le tocó la china al Betis.

Dominio bético

La imagen llegó al banquillo del Betis casi al instante y todos se echaron las manos a la cabeza. A pesar de su mala racha, el Betis estaba cuajando una de las mejores primeras partes de la temporada, aunque el rival, que todo hay que decirlo, daba muchas facilidades. Pero que no le quiten mérito al Betis, porque por culpa del árbitro, o del asistente, no tenía medio sentenciado el partido.
Porque el Betis jugó un muy buen partido. El que tenía que hacer para ganar en La Rosaleda. Tras el descanso fue más de lo mismo y otro alegrón bético. Otra buena jugada que acompañó Barragán hasta el final y el pase del lateral fue cabeceado a la red por Camarasa. El primer gol del ex del Levante con el Betis, su primera aparición de verdad.
Poco después pudo sentenciar otra vez Camarasa, que se quedó en el uy tras un pase in extremis de Durmisi. El Betis estaba tranquilo y ni los arreones del Málaga preocupaban. Joaquín y Fabián era una conexión perfecta, porque con el balón en sus pies todo era más fácil. Como el triunfo del Betis, otro triunfo con Setién, que en Málaga sí dio con la tecla. Ahora el azúcar merecido que no empalague demasiado, que si hay exigencia, el viernes el bético debe saborear otra victoria.

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