A los bomberos hay que llamarlos con tiempo

Los bomberos no siempre llegan a tiempo. En el caso del Sevilla FC, estos suelen ser Koundé y, sobre todo, Fernando, Diego Carlos y Bono. Lleva el francés una temporada nuevamente impresionante pero un último mes con demasiados despistes. Si en la Copa del Rey fue Bono quien salvó su desconcentración con Messi, este sábado le tuvo dos excesos de confianza ante Dembelé y lo acabó pagando a la segunda. No llegó a tiempo Diego Carlos para apagar otro incendio. No pudo Bono sacar la el extintor de urgencia. No halló Julen Lopetegui la posibilidad de enmendar su error inicial.

Lo más terrible, por redundante en las últimas semanas, fue que el foco de incendio apareció en el centro del campo. Escogió Ronald Koeman un plan parecido al que le dio resultado a Terzic y a su Borussia Dortmund. Y volvió a perder de calle la apuesta inicial Julen Lopetegui. Rakitic y el Papu Gómez fueron engullidos por Busquets, Pedri y Frenkie de Jong. Trabajo encomiable de un FC Barcelona que defiendo fácil ante un Sevilla FC primero asustado y después impotente. A Fernando, otro de los bomberos habituales, le fue imposible neutralizar todos los fuegos en la medular.

Volvía a tener ante sí Lopetegui el mismo problema que frente al Dortmund. En la Champions logró darle la vuelta al desarrollo del partido, aunque no al resultado. Esta vez se quedó la cosa en una simple mejora táctica, del todo insuficiente. Se trata de un aviso serio al Sevilla FC y a su entrenador de cara a los dos próximos envites de enjundia: con ventaja en la Copa ante el FC Barcelona y con desventaja en la Champions frente al Dortmund.

Un aviso de por dónde le están encontrando las cosquillas los rivales mejor dotados, como esos dos equipos. Con un centro del campo de indudable calidad técnica pero notorio déficit físico y de velocidad, el número de pases atrás se disparan, las pérdidas se multiplican y la victoria se aleja hasta lo imposible. El partido fue un calco del experimentado ante el Dortmund, con la diferencia de que el FC Barcelona no tenía a la bestia Haaland. Tampoco le hizo falta.

Viró Lopetegui a defensa de tres, retrasando a Fernando e introduciendo a Suso por el Papu. Incluso recurrió de nuevo a Óliver y Óscar, como ante los alemanes, dejando a Luuk de Jong con En-Nesyri arriba. No dejan de ser dos derrotas antes dos equipos de tronío y tras una espectacular racha sevillista. Es decir, nada para tirarse de los pelos. Pero es una invitación a la meditación para el entrenador del Sevilla, sobre todo de cara al miércoles: como juegue con ataduras y pensando en que va ganando 0-2, mala cosa... Si en el toreo se dan hasta tres advertencias, el Sevilla ya lleva dos...