La evolución del físico de Koundé, cada vez más cerca de Diego Carlos

Después de hacer borrón y cuenta nueva una vez que se confirmó que seguiría en el Sevilla FC, Jules Koundé ha comenzado la temporada casi como acabó la anterior, como un tiro. El central galo está demostrando por qué el club nervionense se ha enrocado en no venderle por mucho menos de lo que figura en su cláusula de rescisión, que asciende a 80 millones de euros.

Espantados los fantasmas del mercado de fichajes, a Koundé sólo le queda seguir mejorando para que, de una vez por todas, un equipo de los denominados top se fije en él, triplicándole el sueldo y presentando en las oficinas del Ramón Sánchez-Pizjuán la oferta irrechazable que no ha llegado en los dos últimos veranos.

Uno de los aspectos visibles en el que ha mejorado el central francés es en su fortaleza física. Koundé llegó al Sevilla siendo prácticamente un niño. Con 20 años en el carnet de identidad y un cuerpo aún por desarrollar del todo, arribó a Nervión el fichaje más caro de la historia del club, en el que Monchi puso toda su confianza. No se puede decir que no estuviera fuerte al llegar, pero con el paso de los años ha ido cogiendo aún más tono físico, algo importante para un central que mide 'solo' 178 centímetros.

De hecho, por los grupos de sevillistas están corriendo como la pólvora fotos del futbolista en entrenamientos de esta temporada, en las que se puede comprobar cómo ha ido mejorando su físico. El galo forma con Diego Carlos una de las mejores parejas de centrales del mundo, y por el camino que va también una de las más fuertes.

El brasileño, precisamente, habló sobre esto en palabras a los medios del club. “Es raro. Mucha gente me ve tan fuerte y yo no me veo así. Mi mujer dice que ‘para mí no estás tan fuerte’. Mi entrenamiento es lo más básico posible. No soy un chico que vaya a gimnasio, se pinche o beba vitaminas. No me gusta. Tengo una pelea con nuestro nutricionista. Tengo una genética muy buena, se lo agradezco mucho a mi padre. No hago nada para ser así. Un poquito de entrenamiento después del campo, activación para calentar, y así. Me veo normal. Una persona que no trabaja para eso, sino para jugar al fútbol”. Ahora le ha salido un rival, lo tiene cerca y se llama Jules Koundé.