Jairo, o cómo brillar entre la decadencia
El Sevilla FC se ha hecho con los servicios del joven jugador cántabro Jairo Samperio (Cabezón de la Sal, Cantabria, 11 de julio de 1993). Jairo es una de las mayores promesas del fútbol cántabro y una de las pocas esperanzas futbolísticas nacidas en un Racing que consuma año tras año su deterioro deportivo.
Y puede decirse que todo ese deterioro llega pese a Jairo, que ha conseguido llamar la atención y convencer al Sevilla, que paga la nada despreciable cifra de alrededor de 1,5 millones de euros por un jugador de 19 años, quizás en los peores años de su equipo y de la cantera santanderina. Es curioso, pero el habilidoso extremo, o interior, busca con la misma facilidad el interior o la banda, ha brillado en los malos momentos de su equipo. Lo hizo en la temporada 2011/12, cuando debutó en Primera con Héctor Cúper; lo ha hecho esta pasada temporada, pese al descenso de su equipo, siendo una de las pocas referencias del Racing; y lo hace aun en estos momentos, cuando el club santanderino anda agobiado de verdad y su salida, al menos, alivia sus arcas.
El caso es que Jairo ha despuntado en un entorno deportivo nada propicio. Tras su debut con Cúper, siguió contando para todos los técnicos que llegaron al Racing, tanto los de la casa (González, Castaños) como los de fuera, Álvaro Cervera, José Aurelio Gay, Fabri y, por último, Alejandro Menéndez.
Han valorado en él su habilidad, su verticalidad y su conducción de balón. Puede actuar de extremo, de interior o de mediapunta. Es habilidoso, sí, y tiene un buen uno contra uno, aunque algo anárquico tácticamente, de ahí que haya funcionado mejor como extremo que como interior.
Quizás esa anarquía y poca disciplina (es joven y tiene tiempo para mejorarla) sea su defecto en el terreno de juego, y también fuera de él. "Debe amueblar la cabeza para ser mejor futbolista", ha dicho de él su último técnico, Menéndez. También tuvo algún desmán con el anterior técnico, Aurelio Gay. Detalles que deberá pulir en adelante. Apunta buenas condiciones y buenas virtudes. Falta que las confirme.
