El coronavirus, una de las mayores pandemias del mundo, está dejando muchas muertes a lo largo de todo el planeta. Aquí repasamos la trágica historia de la primera persona que murió debido al COVID-19 en Argentina. Se trata de Guillermo Abel Gómez, una persona que a lo largo de su vida tuvo que enfrentarse a muchas circunstancias desagradables y complicadas que revela cronica.com.ar.
Guillermo, durante sus años de juventud, realizaba actividades solidarias para ayudar a los más desfavorecidos. Una labor que le llevó a la represión de la dictadura en Argentina: secuestro, torturas y abandono. Como muchos argentinos y compañeros, tuvo que abandonar su hogar. Se fue a Francia, con su gran amor, Nelly. Ambos tuvieron una hija, que hoy en día sigue viviendo en Francia y acaba de ser madre.
Allí, trabajó como obrero hasta que se jubiló y regresó a Argentina. Ahora, una visita al país galo para conocer a su nieta recién nacida le ha costado la vida. En su viaje a Francia se contagió del coronavirus y terminó convirtiéndose en la primera víctima del COVID-19 en territorio argentino.
Diego Molinas, hijo de un íntimo amigo, habló así de la historia de amor de la pareja: "Están juntos desde la dictadura, compartieron ese momento de dolor. A Nelly la secuestraron primero que a Guillermo. Él trabajaba como recolector de basura, se presentaron en su trabajo y ahí se lo llevaron. Juntos atraviesan todo ese martirio, el exilio, y ambos encuentran el fallecimiento en Argentina, con el mal sabor de la muerte pero que se matiza con la dignidad de haber vuelto a la patria luego de sufrir tanto en Francia, donde los dos no tuvieron posición de privilegio, donde hombro con hombro se bancaron. Acá lo acompañó al hospital. Ese vínculo habla de una dimensión amorosa y solidaria".
Después de una vida de película, la muerte de este argentino fue totalmente trágica, según siguió contando Diego Molinas: "Fue muy doloroso. Llegó de Francia y comenzó a sentirse mal. Él tenía varios problemas de salud, era diabético, tenía insuficiencia renal, contaba con una situación delicada producto de una vida compleja".
"Comenzó con síntomas y recurrió al servicio médico de la ciudad de Buenos Aires. Va en varias oportunidades, pero lo mandan a su casa. Llaman al 107 que no llega y es una escena dolorosa pero que marca las características de esa generación, su amigo Luis, de El Jagüel, se vino desde allá y se lo cargó a las espaldas. Él relata que pensó que al decir que venía de Francia y tenía fiebre, la ambulancia iba a venir rápido, pero fue al revés", añadió.
"Llamó a un taxi y lo llevaron al Argerich, donde estuvo cinco horas en un pasillo hasta que alguien lo vio. Ya no parpadeaba, la cabeza se le caía. Quedó internado con un diagnóstico de neumonía y posterior a la muerte se hizo visible que tenía coronavirus", concluyó.