“Es Nadal el que tiene que ganar, yo no tengo nada que perder”, explicó Rosol, que en primera ronda apeó 6-3, 3-6, 7-6 y 6-4 al francés Paire. “Puedo dar otra sorpresa. Quiero imponer mi estilo sobre el suyo. Es decir, cuanto más cortos sean los intercambios, mejor será para mí”, contó, avanzando que disparará antes de preguntar una y otra vez, apostando al todo o nada. “Nadal es el rey de la tierra batida, pero es más vulnerable en otras superficies, especialmente sobre hierba”, analizó el checo. “Y si quieres ganar a uno de los grandes jugadores del circuito en un Grand Slam, las primeras rondas son las mejores para hacerlo. Hace dos años todo era perfecto. Tenía la cabeza clara y cuando estoy así soy muy difícil de ganar. Me convencí a mí mismo de que era muy difícil de superar”, aseguró.
“Puedo volver a ganar a Nadal”, avisó Rosol
“Perdí en 2012 porque es un buen jugador”, recordó Nadal, que tras aquella derrota pasó siete meses de baja por una rotura parcial del tendón rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda. “Rosol puede jugar muy bien en esta superficie porque es agresivo. Será un partido muy duro otra vez. Sé que si quiero tener posibilidades de ganar tengo que jugar muy bien. Eso es lo que voy a intentar. Si no, no tengo opciones de estar en la tercera ronda, pero voy a luchar por ella”.
Nadal es un jugador de cacería. Como apenas se juega tres semanas al año en hierba, como el español llegó a Wimbledon con cuatro derrotas en los últimos cinco partidos sobre la superficie, cada encuentro es una oportunidad para afilar los automatismos que necesita si quiere t0mar velocidad según avance la primera semana, donde históricamente ha tropezado porque la hierba (más nueva, lo que dificulta los apoyos) y las sensaciones (nulas, recién estrenadas) le han impedido acelerar sin estar a su mejor nivel, como le pasa en otras superficies. La prueba de Rosol, un sacador de rompe y rasga, marcará hasta qué punto tiene el mallorquín tomado el pulso al suelo, además de rememorar una historia del pasado.
¿Qué pasó en aquel partido entre Nadal y Rosol de hace un par de temporadas? ¿Tanto molestaron al español los movimientos del checo al resto y sus continuos gestos? “Sabía que Nadal intentaría algo. Me hablaba y me decía cosas para desconcentrarme. Me sorprendió que lo hiciera en la pista central de Wimbledon, no me lo esperaba de él”, aseguró entonces Rosol, que recordó que su rival y él tuvieron un amago de chocar los hombros en un intercambio. ”El tenis es un deporte de respeto a tu rival”, respondió el mallorquín cuando le preguntaron después de ganar a Klizan sobre lo que sucedió aquella noche de 2012. “Ahí lo digo todo y ahí acabo”. cerró. “Nos saludamos cuando nos vemos. Eso es todo. Yo no tengo ningún problema con él”, sentenció luego Rosol. Mañana, en Wimbledon, en el mismo escenario y la misma ronda, Nadal contra Rosol. Cuentas pendientes en el templo de la hierba.
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