El español David Ferrer derrotó este domingo por 6-3, 6-4 al croata Ivo Karlovic y ganó el Challenger de Monterrey, norte de México, que marcó su cierre de la temporada previa a la de su retiro como profesional.
Ferrer, quien en 2013 llegó a ser la tercera raqueta del mundo y ahora ocupa el lugar 147 del ránking mundial, superó al gigante Karlovic con el arma del rival, el servicio. Mantuvo su saque y rompió el de su contrincante una vez en cada set para salir adelante.
Rápido, con un resto solvente y un revés a dos manos fino como en sus años mozos, Ferrer demostró que a los 36 años mantiene la capacidad para pelear cada pelota.
En el primer set hizo una gran devolución en la red en el arranque del sexto juego y tomó una ventaja de 0-15 que alimentó con su buen tenis para quebrar el servicio de Karlovic, lo que celebró como en los partidos de 'Grand Slam'.
El resto de la magna fue dominada por el español que aseguró su servicio y ganó por 6-3.
Más rápido rompió el servicio a su oponente en el segundo set. En el tercer juego Ferrer salvó una pelota en la red, sacó provecho de una doble falta del croata y tomó ventaja de 2-1, que mantuvo con su buen servicio.
En la manga definitiva, Ferrer tuvo dificultades con su saque en el inicio de los juegos cuarto, sexto y octavo, pero mantuvo la concentración y mantuvo el saque. Con el marcador 30-15 en el décimo juego, el español con un saque directo se puso 40-15, después de lo que sólo le quedó asegurar el último punto.
Ferrer es recordado en México por sus cuatro triunfos en el Abierto de Acapulco, torneo 500 de la ATP, en 2010, 2011, 2012 y 2015, a consecuencia de lo cual es uno de los jugadores más queridos en el país.
"He vivido momentos increíbles en México y agradezco el apoyo de la gente en esta semana; el año que viene voy a terminar mi carrera y no sé si voy a volver, pero Monterrey está en mi recuerdo", dijo Ferrer, quien dejó entrever que en marzo próximo jugará Acapulco antes de su retiro, el próximo año en el Conde de Godó de Barcelona, en abril, y el Máster 1.000 de Madrid, en mayo.
Como gesto de agradecimiento a los organizadores, el español le regaló al director del torneo, Hernán Garza, la raqueta con la que ganó su punto de campeonato.