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Chile se queda sin representación tras la derrota de Garín ante Wawrinka

El suizo Stan Wawrinka puso fin en una hora y 40 minutos (6-1, 6-4 y 6-0) a la aventura parisina de Cristian Garín y con él la de los dos representantes chilenos en esta edición de Roland Garros, después de la despedida ayer martes de Nicolas Jarry.

No tenía buen rival Garín para proseguir su recorrido por el polvo de ladrillo. Wawrinka, campeón en 2015 y finalista en 2017, siempre es un rival temible en el Abierto parisino, aunque ahora mismo no pase por su mejor momento.

Lo cierto es que el suizo le dejó poca opción al chileno desde el primer set. Pese a conseguir sólo un juego en esa primera manga, Garín disfrutó de cuatro bolas de rotura, sin conseguir materializar ninguna. En el resto del partido sólo tendría una oportunidad más.

Wawrinka, vigésimo cuarto cabeza de serie, jugó un tenis práctico y agresivo, sin permitir nunca a Garín sentirse cómodo sobre la cancha, sobre todo al servicio.

En el segundo set el chileno comenzó a conectar más golpes ganadores y se atrevió a subir a la red para tratar de contrarrestar los golpes desde el fondo de la pista de su rival.

Logró salvar cinco de los seis puntos de rotura que concedió a su rival, pero su incapacidad para hacer daño al resto a su rival le dio la segunda manga a Wawrinka. En la tercera no hubo apenas historia, y el suizo lo cerró en blanco.

Tras el partido, Garín no podía ocultar su decepción. Apenas lograba enhebrar palabras mientras trataba de buscar una explicación a lo que acababa de vivirse en la pista 1 de Roland Garros, característica por su forma circular, que le da su sobrenombre de "la plaza de toros".

"Sentí que no jugué como lo venía haciendo y él jugó un partidazo, no hay mucho más que decir. No me sentí bien, el marcador lo refleja", dijo.

El de Santiago, educado tenísticamente en la Academia de Rafael Nadal, venía de haber vencido en el torneo de Munic hace apenas tres semanas, por lo que sus perspectivas para su debut en Roland Garros eran altas, aunque el cuadro le jugó una mala pasada.

Para Garín 2019 "ha sido hasta ahora un buen año, pero hoy no estoy contento, como es lógico", por lo que apostó por "mirar adelante", especialmente hacia la temporada de pasto, que preparará en Queen's antes de encarar Wimbledon.

Pero tampoco tuvo reparo en hacer autocrítica y en reconocer que, tras su triunfo en Múnich, esperaba haber dado un mejor rendimiento: "Es mi primer Roland Garros, gané un partido. Quizá me esperaba, no ganar, pero sí jugar un poco mejor".

Antes de continuar su temporada, Garín deberá revisar sus rodillas, que continúan dándole problemas, para dejarlas listas de cara a los torneos sobre pasto.

La despedida de Garín llega después de que dijese ayer adiós su compatriota Jarry, a quien el sorteo también le jugó una mala pasada, al emparejarlo en la segunda ronda con el argentino Juan Martín del Potro.

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