Luis Miguel Pascual
París, 29 may .- El boliviano Hugo Dellien había logrado lo más difícil, dominar los nervios de encontrarse cómodo en la segunda ronda de Roland Garros, en la que no había ningún tenista de su nacionalidad desde los años 80, frente al 6 del mundo, el griego Stefanos Tsitsipas.
Empezaba a mascarse la sorpresa en la recién estrenada pista Simonne Mathieu, cuando un mal apoyo tras un salto le hizo caer mal con un tobillo. Esguince de primer grado que no le obligó a retirarse pero sí le hizo perder la concentración.
Le dio todavía para cerrar el primer set que tenía encarrilado. Pero el partido cambió de color. Dellien, que hasta este año nunca había jugado el cuadro final de un grande, perdió la concentración y acabó derrotado por 4-6, 6-0, 6-3 y 7-5.
"Había encontrado tranquilidad en el partido, se me habían ido los nervios, había encontrado la forma de hacerle daño, el no estaba cómodo, yo dominaba. La lesión me desconcentró un poco, me hizo sentir dolor, no podía apoyarme", dijo el jugador.
Le colocaron un vendaje, pero no fue suficiente. El de Trinidad comenzó a sufrir el tenis del heleno, uno de los mejores de la temporada sobre arcilla, que acaba de ganar al español Rafa Nadal sobre esa superficie en el torneo de Madrid.
Cedió en blanco el segundo set y, aunque se tomó un antiinflamatorio que le mitigó el dolor, nada pudo hacer para detener el torbellino del griego, que remontó un saque en contra y se alzó con el tercero.
"Se me escapó una oportunidad, lo habíamos planteado bien con mi equipo. Había empezado bien el partido. Pero son cosas del tenis, pueden pasar, no pudimos jugar al cien por cien, con estos rivales así es difícil ganarles", analizó.
No hubo lágrimas. Disminuido y temeroso de que sus problemas de tobillo fueran a peor, Dellien trató de acortar los puntos a base de dejadas, que alegraron al público y animaron el partido.
La grada empezó a corear su nombre. Salieron a la palestra las banderas bolivianas, muchas de ellas en París porque el próximo domingo su selección juega un amistoso contra Francia en Nantes.
"Algo tenía que hacer para divertir a la grada", afirmó el boliviano, que empezó a interactuar con la afición, a levantar los brazos cuando ganaba un punto.
"No me quedaba otra que disfrutar. Pensé en retirarme, pero no tienes tantas oportunidades de jugar con el 6 el mundo en esa cancha con tantos bolivianos. Es mi primer Grand Slam, soñé toda la vida con ese momento. Así que decidí disfrutar del momento y hacerlo divertido para el público", comentó.
Fue una decepción en su mejor torneo. Un punto negativo en una temporada brillante en la que ha demostrado, y se ha demostrado, que es capaz de competir con los mejores.
Pese a los problemas de tobillo, Dellien prolongó el duelo todo lo que pudo. Levantó tres bolas de partido, aguantó hasta el final.
Zverev era el tercer 'top 10' contra quien cruzaba su raqueta el boliviano en el último mes, tras haber puesto contra las cuerdas al japonés Kei Nishikori en Madrid, donde entró procedente de la fase previa, y al alemán Alexander Zverev, a quien ganó un set en cuartos de final de Ginebra.
"Me llevo cosas muy positivas, pude jugar al nivel de los mejores del mundo y era una de mis metas, tratar de jugar bien en los torneos importantes. Lo hice mejor de lo que pensaba", dijo el boliviano, que señaló que jugó mejor en esas competiciones que en los "challengers".
Dellien se lleva confianza y mucha experiencia. "Tengo que jugar cada vez más. No todos son capaces de ganar desde sus primeros torneos, eso está reservado a los Nadal o Federer. La realidad es que es un proceso que va asimilando de a poco. He avanzado bastante rápido. Tengo que consolidarme y ganar mas partidos", aseguró.
Dellien señaló que la lesión no parece muy importante. Ahora viajará dos semanas a su país para curarse y tratar de llegar a tiempo para disputar algún torneo previo a Wimbledon para preparar su segundo grande.