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Ni Mayer ni Londero logran su gesta

Ni Leonardo Mayer ni Juan Ignacio Londero pudieron con la dura gesta que necesitaban para avanzar a cuartos de final en Roland Garros. El primero cayó contra el suizo Roger Federer, tres del mundo, mientras el debutante en un grande perdió frente al español Rafael Nadal.

De esta forma, sólo Juan Martín del Potro, que este lunes se mide al ruso Karen Khachanov, puede mantener en cuartos la bandera argentina, la mejor representada en octavos con tres nombres.

Mayer, que había accedido por vez primera a los octavos de París a la décima oportunidad, se mostró muy descontento con su partido frente al suizo (6-2, 6-3 y 6-3).

"Si jugamos 20 sets no le gano ni uno y no le quiebro ni una vez. Está muy lejos de mi nivel, eso hace que te marque mucho la diferencia", comentó.

"Ha sido un día muy raro porque no jugué bien y él te marca mucho la diferencia. Si no juegas bien es como una montaña. No he encontrado la manera. Estuve muy quieto y él me varió mucho el juego, no encontraba mi ritmo", dijo el argentino.

Mayer aseguró que su intención era "mandar un poco e incomodarlo" pero "el viento, la cancha rápida" su lentitud de piernas se lo impidieron.

"Se me escaparon dos saques, se te hace como una montaña imposible y él se relaja. Su variedad de tiros te hace mucho daño. Me ganó muy fácil", aseguró.

Mayer reconoció que "es lindo poder jugar con Federer pero te hace sentir mal dentro de la cancha".

Tampoco tuvo muchas opciones Londero ante un Nadal que persigue su duodécimo triunfo en París.

Pero para el cordobés, el balance de su primer Grand Slam es muy positivo, hasta el punto de que aseguró que su clasificación para octavos es "como si hubiera salido campeón".

"Gané tres partidos, jugué con Nadal, el dueño de la casa. Además, sentí que jugué bien, pensaba que entraría con más nervios. Me voy muy feliz porque sentí que me pude desenvolver bien en la cancha", aseguró.

El "topo" se lleva de París una gran experiencia "que va a servir para el futuro" y "la sensación de que sé lo que supone jugar un cuadro principal y ganar tres partidos".

"Necesito más físico, es el punto que tengo que seguir trabajando", afirmó el tenista que confesaba viajar con una batidora y una báscula para ganar peso, porque no llega al mínimo que le recomiendan los especialistas.

Nervioso desde la mañana, cuando se despertó "con el corazón a mil", Londero se relajó a pocos minutos de saltar a la central de París y, una vez dentro, "fue un partido normal".

"Miré un par de veces para arriba y es muy loco estar en una cancha así tras haber estado dos años en canchas muy chiquititas", señaló.

"Dentro de mi sentí que jugué un Gran Slam como si hubiese jugado muchos", agregó.

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