Bolsova se apaga en París el día que Nadal festeja los 33
Luis Miguel Pascual
París, 3 jun .- Rafael Nadal festejó este lunes su 33 cumpleaños en París, en vísperas de buscar sus duodécimas semifinales en Roland Garros, como único superviviente español en los cuadros individuales tras la eliminación de Aliona Bolsova.
La jugadora de 21 años no pudo llevar más lejos el sueño que comenzó en la fase previa en su primer contacto con el brillo de un grande.
Firmó una actuación sobresaliente, que augura una carrera en el circuito profesional del tenis femenino, en el que a partir de ahora tiene que consolidarse para labrarse un nombre.
El Roland Garros de 2019 quedará para ella como la cuna de su eclosión, donde dejó las primeras pinceladas de genio ante tenistas de elevado nivel, todas ellas con mejor ránking, a las que fue descartando si perder un set.
Hasta que se topó con el muro de una estadounidense de origen ruso que, con 17 años, ya se ha colado en la segunda semana de dos grandes, Amanda Anisimova, que la derrotó por 6-3 y 6-0.
Pesó el cansancio acumulado, la tensión de gestionar todo lo nuevo que le pasó, pero también que su rival, aunque más joven, acumula más experiencia, más duelos en el máximo nivel. No fue capaz de detener el torrente de juego de la estadounidense, que aunó potencia y acierto.
"Ya llevaba días cansada, sobre todo mentalmente. Son muchos partidos, mucha concentración, asimilar lo que viene con cada victoria, mucha presión. No es fácil estar en la situación y manejarla bien. Ahora ya está, me voy a mi casa a descansar muy contenta con lo que he conseguido", dijo
El premio para Anisimova será medirse a la número 3 del mundo, la rumana Simona Halep, defensora del título y que ya se deshizo de otra adolescente, la polaca Iga Swiatek, 104 del mundo, de 18 años, a quien venció por 6-1 y 6-0 en 45 minutos.
La bandera española queda de nuevo pendida en Nadal, que celebró su aniversario y conoció a su próximo rival.
Un pastel, como es costumbre, con los miembros de la organización y los dirigentes. Frugal, porque el torneo no pierde comba y la duodécima semifinal aguarda si este martes derrota al japonés Kei Nishikori, como en 2013 en Roland Garros, como cada vez que el encuentro se ha disputado sobre tierra batida, como en 10 de los 12 duelos entre ambos.
Todos los datos están a favor del español, que ya suma 90 triunfos en un torneo en el que sólo ha perdido dos veces.
Además, Nishikori llegará con menos frescura, porque ha avanzado siempre al borde del precipicio, en partidos largos. Contra el francés Benoit Paire, además, extendido en dos días, porque la falta de luz obligó a aplazarlo cuando ganaba el nipón por dos sets a uno.
Y la abnegación del francés le obligó a disputar otros dos y a ganarlo de milagro, porque Paire, que en la temporada de sus 30 años parece haber recobrado la serenidad que le ha faltado en toda su carrera, tuvo incluso un servicio para ganar en el quinto.
Pero resistió Nishikori, como también había hecho en la ronda precedente contra el serbio Laslo Djere.
"Tendré que hacer mi mejor juego para vencer al mejor tenista sobre tierra batida de la historia", se limitó a decir Nishikori, que nunca ha superado los cuartos en Roland Garros.
De reojo, Nadal mira también al serbio Novak Djokovic, que avanzó sin dejarse un set hasta cuartos. La final prometida en París empieza a librar sus primeras batallas psicológicas.