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Tsitsipas logra las semifinales y Nadal se agarra a la épica

Miguel Luengo

Londres, 13 nov .- Stefanos Tsitsipas, que debutaba este año, se convirtió en el primer griego en alcanzar la penúltima ronda de las Finales ATP, una instancia a la que todavía opta el español Rafael Nadal después de su épica victoria ante el ruso Daniil Medvedev ante el que salvó una bola de partido para imponerse en un final eléctrico.

Tsitsipas dio una clase magistral ante el alemán Alexander Zverev, defensor del título, venciéndole por 6-3 y 6-2 en 73 minutos. Nadal necesitó dos horas y 46 minutos, y salvar un 5-1 con bola de partido incluida, en el tercer set, para doblegar a Medvedev por 6-7 (3), 6-3, y 7-6 (4).

Esta victoria en dos sets, combinada con la del español en tres mangas, encumbra al jugador heleno que el año pasado se había proclamado campeón en el Masters Nueva Generación, disputado en Milán.

Tsitsipas es el segundo jugador que logra las semifinales esta semana. El martes, y en el grupo Bjorn Borg, el austríaco Dominic Thiem lo logró también al vencer al serbio Novak Djokovic.

En la jornada del viernes se sabrá quien acompañará al ateniense. Nadal se enfrentará contra él, precisamente, recordando los tres duelos que han mantenido este año, dos que cayeron del lado del español, en las semifinales del Abierto de Australia y en las del Masters 1.000 de Roma, y el otro, en el Masters 1.000 de Madrid, del lado del griego.

Nadal y Zverev son los mejores posicionados para lograr las semifinales y unirse a Stefanos, pero ambos tienen que ganar primero a Tsitsipas y Medvedev respectivamente este viernes, aunque en caso de que esto suceda y se produzca un empate a dos victorias entre el español y el germano, prevalece la que el teutón logró sobre el de Manacor este lunes y entonces, Rafa quedaría fuera.

A Nadal le saldría redondo ganar a Tsitsipas, y que Medvedev venciera a Zverev, y en dos sets, para evitar más conjeturas.

Un día después de ganar a Nadal, y completar su victoria ante los miembros del "Big 3" en Londres, (a Federer y a Djokovic los derrotó el año pasado), 'Sascha' chocó de nuevo con el tenis versátil y polivalente de Tsitsipas que parece que tiene tomada la medida al teutón.

Suyas fueron las últimas tres victorias, el año pasado en Toronto y este año en Madrid y Pekín. Zverev solo consiguió ganarle en la primera en Washington en 2018.

Tsitsipas acabó el partido a lo campeón, cerrándolo con su octavo saque directo. Hizo 21 golpes ganadores y solo cometió 11 errores no forzados. No permitió que el alemán le robara un solo saque, y él quebró a Zverev tres veces. Un gran recital.

Antes, Nadal dio una clase de pundonor y coraje, típica en su carrera. En la repetición de la final del Abierto de EE.UU. el español tenía el partido perdido, y además sufría calambres en una mano.

Condenado por sus errores, y por el juego polivalente del ruso, Nadal sufría, sobre todo porque se había preparado a conciencia el día antes y había tomado nota de la derrota que sufrió contra Zverev el lunes. Pero su derecha no encontraba el hueco necesario para desarbolar a un rival, capaz de cubrir mucha pista y encima machacar con su servicio.

Nadal llegó a estar 5-1 abajo en el tercer set, pero en una reacción extraordinaria enlazó cinco juegos consecutivos, enardeció al público con su entrega y acabó desarbolando al ruso en el desempate final, en uno de los mejores encuentros del torneo, de similar intensidad al que disputaron anoche el austríaco Dominic Thiem y el serbio Novak Djokovic.

El duelo enfrentaba a dos jugadores en busca de la confianza. Medvedev, debutante y tocado tras un par de derrotas después de una extraordinaria sesión en la que ha alcanzado el cuarto puesto mundial, y Nadal, campeón de dos grandes en este curso, e intentando coger la forma tras el susto de la distensión en el abdominal en París.

Nadal, que había encajado 11 saques directos contra Zverev, recibió 21 por parte de Daniil, que se apuntó el primer set en el desempate, recordando el buen juego que le ha coronado esta temporada campeón en Sofía, y San Petersburgo, y los Masters 1.000 de Cincinnati y Shanghai.

Nadal se había espoleado en cada punto, animándose, insuflando energía en cada movimiento, pero su derecha continuaba sin enganchar la bola. Le cuesta al de Manacor levantar la pelota en esta superficie donde se queda muerta enredada en las cuerdas de su raqueta, y sus "cañas" deterioran su juego cuando más necesita ese golpe.

Pese a todo, Nadal logró la primera rotura del encuentro en el juego inicial del segundo set. Ese juego que todos los tenistas saben que no deben despistarse con su servicio. Y ahí comenzó el hundimiento de Medvedev en este parcial, y el resurgir de Rafa.

La regularidad del campeón de 19 grandes se impuso. No concedería ni una sola oportunidad de quiebre después, y por contra elaboraría otra en el octavo juego después de una doble falta de Daniil. A la tercera ocasión, tras un fallo de derecha del ruso, llegó la igualdad en el marcador, después de una hora y 35 minutos de lucha.

En la reanudación, un revés cortado de Nadal al infinito, supuso que Medvedev se pusiera por delante en el tercer set, y que el ruso aprovechará un despiste descomunal de Rafa para no ceder la delantera hasta marcar el 4-0 y 5-1, a su favor.

Ante ese infinito que se le presentaba, y pensando ya que en cinco minutos podía estar en el los vestuarios, Nadal reaccionó y lo hizo de forma impresionante, tras salvar una bola de partido en el séptimo juego.

Ganó luego cinco consecutivos para forzar el segundo desempate de la tarde, ante la locura colectiva del público emocionado por el cambio radical de Nadal y la depresión de Medvedev, que incluso se mofaba de los gritos de los aficionados, entregados a la gesta del de Manacor, que en el juego corto decisivo culminó su hazaña. EFE.

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