La tenista Garbiñe Muguruza está viviendo todo tipo de experiencias en sus vacaciones. Tras la lesión en la pierna derecha que le ha obligado a perderse los tres últimos meses de 2019, la hispano-venezolana ha elegido Bilbao y África como sus destinos donde ha ido del sufrimiento extremo a la relajación total.
Sus vacaciones se iniciaron en la capital de Vizcaya, donde pudo disfrutar de la victoria del Athletic Club sobre el Espanyol por 3-0. Allí comprobó 'in situ' la exhibición de Iker Muniain, que anotó dos goles y provocó el tercero que llegaría en propia puerta.
Tras el reconocimiento recibido por Garbiñe Muguruza en San Mamés y probar fortuna en la pelota vasca, quiso probar otra vivencia totalmente distinta. Para ello se desplazó a África, y más concretamente a Tanzania, con el monte Kilimanjaro entre ceja y ceja.
La montaña más alta de África es todo un reto para los escaladores con sus 5.895 metros sobre el nivel del mar. Una subida que duró seis días que se le hicieron largos a la tenista, tal y como ella misma narró: "22 horas seguidas. Día y noche. Gracias en especial a mi guía por mantenerme despierta cuando me desplomé en el glaciar. ¡OH SI! ¡Nos hemos sentido VIVOS! Gracias a mi expedición y a mi guía".
Después de pasarlo mal tocaba recargar pilas y para ello ha elegido el archipiélago de Zanzíbar. Un lugar mucho más tranquilo donde preparar una nueva temporada en la que quiere volver a reinar en el tenis mundial.