Miguel Luengo
Londres, 15 nov .- Rafael Nadal cumplió al vencer en un intenso partido al griego Stefanos Tsitsipas 6-7 (4), 6-4 y 7-5, pero su victoria en la fase de grupos de las Finales ATP no le valió, porque al imponerse después el alemán Alexander Zverev al ruso Daniil Medvedev, por 6-4 y 7-6 (4), el de Manacor, número uno del mundo al final de esta temporada, quedó fuera.
En esta jornada crucial, Nadal necesitaba dos jugadas certeras. Ganar primero a Tsitsipas, ya clasificado gracias a sus dos victorias, y lo logró, y que luego el ruso Daniil Medvedev venciera a Alexander Zverev, defensor del título.
La primera le salió bien, con remontada incluida, al imponerse al ateniense en dos horas y 52 minutos, pero en la segunda el defensor del título frustró lo que podía haber sido la sexta semifinal en este evento del español, al derrotar al ruso, en 79 minutos.
En las semifinales de este sábado, Tsitsipas se enfrentará con el suizo Roger Federer (15.00 CET), y Zverev con el austríaco Dominic Thiem (21.00 CET).
De esta forma, el aficionado al tenis se perderá un nuevo duelo entre Nadal y Federer, el tercer enfrentamiento que más veces se ha dado en la historia del tenis, con 24-16 para el español en los precedentes.
Ahora, Nadal pone rumbo a Madrid para unirse al resto del equipo español que el martes debuta contra Rusia en el grupo B de las Finales de la Copa Davis en la Caja Mágica, precisamente con Medvedev en las filas del conjunto que dirige el veterano Shamil Tarpischev.
No obstante, abandona Londres con su trofeo de número uno y una renta de 840 puntos de ventaja sobre Djokovic, cuya sombra llegó a perseguir al español en este torneo.
Antes de abandonar el O2, Nadal dio de nuevo muestras de sus ganas por optar a un título que todavía falta en su palmarés.
Ante el jugador griego, que ya ganó este año al español en las semifinales del Masters 1.000 de Madrid, aunque cedió en esa misma ronda del Abierto de Australia y Roma, Nadal volvió a protagonizar una remontada, no tan épica como la que vivió contra Medvedev hace dos días, pero muy intensa.
Tsitsipas posee todo para augurar un gran futuro. Tiene 21 años, un gran físico con 193 centímetros, potencia en el saque (11 directos este viernes), gran revés a una mano, formidable palanca en su derecha, y determinación. Ingredientes que le han llevado este año a disputar el torneo como aspirante a maestro, por primera vez, gracias a una temporada muy completa.
En ella se ha hecho con dos de sus tres títulos, en Marsella y Estoril y ha disputado tres finales más: Dubai, Masters 1.000 de Madrid y Pekín, además de cinco semifinales, entre ellas la del Abierto de Australia. En total ha ganado 53 partidos y ha encajado 24 derrotas.
La pista dura y la cubierta han sido su gran baluarte, con 35 victorias en la primera y 13 en la segunda. Entrenado por el francés Patrick Mouratoglou, la figura del griego se proyecta al mismo nivel que la del ruso Medvedev, cuarto del mundo y también debutante en Londres, y por encima del italiano Matteo Berrettini, octavo, los tres nuevos aspirantes.
Pero esta vez ante Nadal, primó la experiencia frente al empuje arrollador de su juventud (21 años). El de Manacor, que protagonizó una gran remontada ante Medvedev (perdía 5-1 en el tercero tras salvar una bola de partido y ganó), detuvo al final el juego agresivo del ateniense, con pólvora en cada uno de sus golpes.
El primer set, definido en 58 minutos, estuvo plagado de errores por ambos bandos. Quince de Nadal y 13 de Stefanos, que aprovechó su mejor saque (cinco directos) y un despiste del de Manacor para hacerse con la manga en el desempate.
El número uno del mundo persiguió la rotura durante todo el segundo set. Fracasó en convertir sus tres primeras ocasiones, pero en el noveno logró su objetivo, y ya muy suelto sentenció a continuación con su servicio.
Clave de esta manga, fue que Nadal redujo sus errores a seis por diez de su rival, y que el griego no pudo imponer su velocidad, mientras que el español supo variar los ritmos mejor.
Era cuestión de tiempo que el español tomara el mando y dominara en la pista azul del O2 repleta de aficionados en las gradas, donde los gritos de ánimo en griego y español se alternaban. Nadal les encendió a todos con su resto cruzado de revés pero no conseguía la rotura en tres ocasiones, y el griego tomaba aire.
Fue en el undécimo juego cuando ante un tiro cruzado de Nadal la volea de Tsitsipas se fue fuera, y llegó la rotura crucial, que el campeón de 19 grandes aprovechó luego para sentenciar a su favor este duelo generacional.
Después Zverev cumplió su predicción. "Todo está en mis manos", dijo sin inmutarse tras perder con el griego, recordando que el año pasado se encontraba también en esa misma posición, y se clasificó para las semifinales y ganó luego el título.
Vencer a Medvedev no fue tan complicado para el teutón, que se vengó así de la derrota que el ruso le infligió en la reciente final del Masters 1.000 de Shanghai, cortando una racha de cuatro victorias seguidas de "Sascha".
Tras su triunfo el año pasado en esta misma pista, el alemán ha ganado un solo título esta temporada, Ginebra, y ha sido finalista en Acapulco y Shanghai. Abrumado por problemas personales, la delicada salud de su padre, y la ruptura con su novia, se hundió anímicamente. "Estoy en un agujero y tengo que salir" reconoció en Munich.
Ganador el año pasado ante Federer en semifinales, y luego a Djokovic en la final, en esta edición, "Sascha" ha completado sus victorias ante el "Big 3" al derrotar a Nadal en la fase de grupos. Y ahora amenaza de nuevo en un torneo que se le da especialmente bien. EFE.