Aunque no lo parezca, Rafael Nadal también es humano. El tenista español sigue agrandando su historia en París y doblegó de forma intimidante este domingo a Novak Djokovic en la final de Roland Garros. Por decimotercera vez en 15 años, que se dice pronto. Pero Rafa, ante un año que está siendo especialmente difícil, también se emociona en estas ocasiones especiales.
Nadal no pudo evitar contener las lágrimas cuando sonaba el himno de España en la Philippe Chatrier de París. El español ya sostenía su decimoterera Copa de los Mosqueteros entre los brazos, cogida con fuerza. Nadie se la podía quitar. Lucía mascarilla por los tiempos que corren. Y sus ojos, más brillantes que nunca, tan brillantes como cada vez que visita Roland Garros.
Emocionado @RafaelNadal, emocionada España
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) October 11, 2020