A la hora de hablar de Rafa Nadal está prácticamente todo dicho. Sin ningún género de dudas es el mejor tenista español de la historia. Casi sin discusión se trata del deportista más importante de la historia de España. Y no es ninguna locura si lo nombramos como el mejor tenista de siempre, con permiso de los otros dos integrantes del llamado big three: Novak Djokovic y Roger Federer. Profesional desde hace más de 15 años, el manacorense acumula 20 títulos de Grand Slam (nadie tiene más que él y que Federer) y 35 Masters 1.000 (sólo Djokovic le supera con 36). Un palmarés abrumador que en la década que ahora termina ha sido engrosado como muchos triunfos de prestigio no exentos de un mérito que hay que explicar para su resalte.
Si analizamos el currículum de Rafa Nadal encontramos que, de sus 20 grandes, entre 2005 y 2010 ganó nueve. Casi el 50 por ciento. En ese lustro el de Manacor conquistó sus primeros Roland Garros y sus únicos triunfos en Wimbledon (2008 y 2010) y en el Open de Australia (2009). Sin embargo, en el decenio que ahora acaba, 2011-2020, el español ha tenido que luchar contra importantes lesiones, con el imparable avance de la edad y con la consagración de Novak Djokovic, el último del big three en llegar a la cúspide. El serbio ha sido el rey de la década, llegando a acumular tantos triunfos que lo colocan a las puertas de Federer y Nadal en Grand Slams (17) y por encima en Masters (36). Es, además, el número uno actual.
Rafa Nadal, que ahora mismo es el número dos del mundo, ha tenido percances físicos más importantes que sus máximos rivales. Ya antes de empezar a ganar en París dos lesiones le impidieron jugar en Roland Garros tanto en 2003 como en 2004. Pero los más graves acontecieron en esta década. Principalmente, los problemas de rodilla. Hay que recordar que un problema en el pie izquierdo le hace llevar unas plantillas agresivas que le descompensan el resto del cuerpo. A partir de 2011 tuvo que aprender a convivir con el dolor y a prepararse físicamente de forma especial. En 2012 se pierde los Juegos Olímpicos de Londres y no pocos torneos. Tras resurgir en 2013 (diez torneos ganados), llegó un 2014 con problemas de espalda, de apendicitis y en una de sus muñecas. Todo deriva en un 2015 negro en el que la frustración con sus rodillas le produjeron problemas de ansiedad. El año 2016 no mejoró y acabó como 9 del mundo.
Hablar de debilidad mental de Rafa Nadal parece inaudito. Es la cabeza la gran virtud de un tenista al que cada vez más expertos señalan como el mejor de siempre pese a ser inferior en técnica que Federer y no superior en físico que Djokovic. A ambos, además, les gana el balear en porcentaje de triunfos y victorias finales en la Copa Davis, el mayor torneo por selecciones en tenis. Nadal, que tiene cinco Copa Davis con España, en los últimos diez años ha ganado las ediciones de 2011 y 2019. Además, sólo ha perdido uno de los 30 partidos disputados.
El español ha ganado en esta década ocho Roland Garros, tres Open USA, cinco Masters en Montecarlo, cuatro en Roma, tres en Canadá y en Madrid, uno en Indian Wells y otro en Cincinnati. Todo ello acompañado de 15 títulos más (especialmente destacado su idilio con Barcelona en el Conde de Godó, con seis copas) y una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en dobles junto a Marc López. Fue en Brasil, además abanderado del deporte español, como lo es, en sentido figurado, de aquí a la eternidad. Ha sido la década de la resistencia para Rafa Nadal. Un decenio que debe ser valorado muy por encima del ya, de por sí, destacado número de triunfos.