Carlos Alcaraz, que se situó en los octavos de final del Masters 1.000 de Madrid con un solvente triunfo ante el búlgaro Grigor Dimitrov (6-2 y 7-5), reconoció que siente el apoyo del público y que existe algo de "carlosmanía" a su alrededor.
"Hace tiempo que he oído esa palabra. Creo que un poco sí que hay. Se refleja en los partidos, en los entrenamientos. Noto que la gente me apoya en cada entreno. Un poco de eso, sí hay", indicó el número dos del mundo.
Mejoró Alcaraz, que superó a Dimitrov. "Ha sido un partido muy completo, con muy buenas sensaciones. No he perdido mi esencia y he dominado casi todo el rato. Me da mucha confianza para lo que viene", dijo Alcaraz, que no siente presión.
"Nunca he sentido la presión que tengo, aunque jugar en casa delante de la gente a lo mejor proporciona algo de presión. Puede ser que a partir de ahora intente copiar el nivel de este domingo", apuntó tras saludar a los jugadores del Real Madrid que le fueron a ver a la Caja Mágica.
"Aunque los saludo y hablo con ellos todavía estoy nervioso. Verlos en la grada a bestias como estos es una gran alegría que vengan a ver tu partido. Hemos hablado de sus partidos, del mío y les he deseado suerte ante el City", reconoció el tenista murciano, que espera el choque contra el alemán Alexander Zverev en una reedición de la final del año pasado.
"Va a ser diferente al año pasado. Ha pasado por encima del rival. Todos saben cómo es Zverev, lo gran jugador que es y los golpes que tiene. Voy a intentar hacer el mejor partido y tengo ganas de medirme contra él", señaló tras abrir la sesión de noche.
"Jugar de noche es diferente. No me desagrada, pero mirando por mí prefiero por el día, por los horarios. No me disgusta, en cualquier caso, pero prefiero de día", puntualizó.