Carlos Alcaraz se estaba midiendo este viernes a Novak Dkojovic en una disputadísima semifinal de Roland Garros cuando tuvo que parar en medio del tercer juego por un calambre. El tenista murciano, que iba 3-6, 7-5 y 1-1 en el último juego, tuvo que detener el partido para ser atendido por los servicios médicos.
Alcaraz cojeaba ostensiblemente del tobillo derecho mientras anunciaba "no puedo jugar así". Un calambre por el que no podía continuar y tuvo que ceder su servicio a favor de Noel si quería ser atendido.
Una norma por la que Alcaraz no podía ser atendido por estar en medio del juego y tuvo que ceder el break para que le atendiera el médico.