Carlos Alcaraz ya se encuentra disputando el torneo de Queen ´s. El primero de la gira de hierba tras haber estado más de un mes y medio sobre tierra batida. Un cambio de superficie nada fácil para poder adaptarse a ello con tan poco margen. Es más, el tenista español ha necesitado de tres sets y dos horas y media para poder ganar al francés Arthur Rinderknech, número 83 del mundo. Carlos ha llegado a Londres, dónde estará el próximo mes, tras haber caído en semifinales de Roland Garros con Novak Djokovic. Un partido que acabó hasta el final, pero los calambres impidieron que pudiese jugar al cien por cien. Juanjo Moreno (@juanjo_moreno_m), el preparador físico del actual número dos del mundo, cuenta en la entrevista para ElDesmarque cómo fue aquel día y que puedes ver en el vídeo que encabeza la noticia.
Juanjo Moreno deja claro que Carlos no se lesionó físicamente en Roland Garros, sino psicológicamente: “Tiene 20 años, la primera vez que se enfrenta a uno de sus ídolos en el torneo que para él es el que quiere conseguir. En el cual se juega a cinco sets y que tiene que ganar a Djokovic. Un jugador que es muy duro e inteligente”, explica. “Pero hay una cosa que ni su médico (Juanjo López) ni yo podemos combatir que es el estrés mental y la ansiedad que se genera en un partido de esas características”, añade.
La lesión que sufrió Alcaraz tiene un nombre y se llama rampa. A Carlos se le quedó paralizado todo el cuerpo. Una situación que Juanjo explica: “Pueden producirse por dos estados o la suma de algo que al final suele ser así. Por una carencia de unas sales minerales. Es decir, el músculo va a necesitar unas sales minerales para que la contracción y la relajación de la musculatura se produzca. O por una tensión psicológica excesiva que genera cortisol y una sustancia que se llama citosina. Lo que hace es que el músculo se espasme y no se relaje porque el cortisol (hormona del estrés) está elevado”, dice.
El preparador físico de Carlos Alcaraz confiesa que es él el encargado de monitorizar el sueño del español. Pero, algo le llamó la atención en la noche anterior al partido de Novak. Algo no marchaba bien y ya sabía que estaban pasando cosas raras.
“Yo monitorizo a Carlos y es la primera vez que la noche no le sale un descanso tan certero como en otras ocasiones. Es la primera noche que su sistema nervioso está generando ciertas señales que indican que ha dormido con ciertos pensamientos disruptivos. Eso hace que aumente el estrés. Libera la hormona del cortisol. Junto con la cortisona y la adrenalina y todas las hormonas que se segregan en un partido así sumado al estrés mental y la ansiedad que le estaba llevando el partido, pueda generar espasmos y hormigueo que es lo que le pasó. A ti te puede dar un calambre por falta de preparación física o por minerales, pero te puede dar en un cuádriceps. No te puede dar en todo el cuerpo. Es una cuestión de pura ansiedad”, explica.
La magnitud de la situación hizo que Carlos estuviese con ese nerviosismo. “Carlos ha aprendido. Él no me pregunta nada. Él sabe que lo ha hecho todo bien. Sabe que ha sido una cuestión de tensión mental lo que le ha producido los calambres.
La noche fue rara y la mañana también. Carlos no se levantó como siempre. Una sensación que captaron Juan Carlos Ferrero, su entrenador, y Juanjo Moreno. Las dos personas que más tiempo pasan con él: “Ya son cinco años juntos, desde que tenía 14. Nosotros ya conocemos a Carlos. Estaban pasando cosas raras. Estaba más nervioso de lo habitual. En el desayuno no tenía la sonrisa que tenía… Le monitorizo y sus pensamientos son planos. Pero había picos de estrés. En la noche ya te estás dando cuenta que es un partido más tenso de lo habitual”, dice.
La sensación de nerviosismo se palpaba horas antes de saltar a la Philippe Chartier. Pero, Juanjo confiesa que no cambió nada en la rutina a pesar de notarle diferente “Nosotros mantenemos el ritual de las rutinas porque eso hace una preactivación física y mental. Es importante cumplir todos los pasos para tener el foco en la competición. Cambiar cualquiera de estos pasos hubiera sido ponerle a él también como mayor foco de tensión en lo que ya él tenía que era su propia tensión de enfrentarse a Djokovic en una semi de Grand Slam”, dice.
“El partido más duro fue el del US Open y no tuvo ningún espasmo muscular ni rampa. La manera en la que enfocó el partido no tenía esa presión mental. El jugador no cambia ni el equipo, pero este partido en concreto desembocó en esos calambres”, comenta sobre la semifinal en Roland Garros.
Carlos Alcaraz cuando se dirige a su banquillo diciéndole que no quiere retirarse. “Nosotros nos alarmamos porque estás viendo que el jugador está sufriendo en la pista. Sabes que no es una cuestión de lesión física y si mentalmente. Cuando le ves paralizado ya sabes que es una cuestión mental", dice Juanjo.
Hay dos situaciones que se le pasaron por la cabeza a su banquillo al ver a Alcaraz sufriendo en la pista. "Una, si no puedes seguir así no fuerces al sistema porque puedes provocar una lesión. Dos, si estás sufriendo y te vamos a ver así, la mejor opción es retirarse", explica.
Aunque habla de una tercera opción que es la esperanza que pasa por la relajación: "La recomendación era ‘que se fuera a la ducha’ para saliese de un escenario que le había provocado una ansiedad. Cambiando el escenario ellos consiguen relajarse, pero él no nos entendía. No parábamos de hacerles gestos de quítate la camiseta, vete al vestuario, dúchate… pero no nos entendía. El bloqueo mental llegó hasta ese punto", cuenta.
Vio una mejoría en la última maga, pero ya fue tarde: "Ya en el quinto set parece ser que está mejor, pero ha necesitado todo ese tiempo que a lo mejor no ha sabido gestionar de otra manera. Al igual que Djokovic se iba en los cambios de set, quizá debería haberse ido también. Todo para buscar que se relajase mentalmente porque no era un problema físico", explica.