Este jueves Rafa Nadal arrancará el Open de Roma con la intención de superar cada uno de los cocos de su cuadro, y se ha visto esa intensidad en los entrenamientos previos al torneo. Después de ser despedido como una leyenda en el Mutua Madrid Open, el tenis mallorquín cambió el chip rápido para centrarse en dar una buena imagen en la capital italiana, donde ha salido campeón en diez ocasiones.
Por ello ha querido demostrar delante de sus fans que no hay nadie cómo él que desee más el título, el que sería el primero de la temporada. En la mañana del martes madrugó para ejercitarse junto al griego Stefanos Tsitsipas, número 8 del ranking y la lluvia obligó a interrumpir los partidos que se disputaban poco después a lo largo del lunes.
Practicó con intensidad desde el fondo de pista y su saque bajo la atenta mirada de centenares de seguidores que no quisieron perder la oportunidad de ver al de Manacor. Después de haberse disputado los últimos partidos de qualy, Nadal tendrá que vencer en primera ronda al tenista belga Zizou Bergs (número 108 del ranking ATP), que llegará tras eliminar al estadounidense Patrick Kypson por 4-6, 6-3, 6-4 y al chino Juncheng Shang por 6-4, 7-6.
Aunque no esté rodeado del público madrileño, Nadal sabe que cuenta con la admiración de todo el mundo por su larga trayectoria. Muy pocos tiene el privilegio de provocar la expectación que tiene el balear en las pistas. Aunque sabe que puede cruzarse con los mejores del mundo con Noval Djokovic en una hipotética final, su entusiasmo no decae. Con 69 victorias y solo ocho derrotas en 77 partidos disputados, la esperanza en que Rafa Nadal llegue lejos está presente, y más después de su actuación en la Caja Mágica.