Carlos Alcaraz, el inicio de su relación con Juan Carlos Ferrero y el esfuerzo económico del entrenador

Carlos Alcaraz es el deportista español más relevante del momento. Después de su victoria en el Grand Slam de Roland Garros, el tenista murciano y todo su entorno están atendiendo a muchos medios de comunicación, donde celebran el triunfo y revelan algunos detalles que hasta ahora no se conocían.

Anoche, su representante, Albert Molina, se pasó por los micrófonos de El Partidazo de COPE para charlar con Juanma Castaño acerca de los entresijos de la carrera del tenista murciano.

Además de bromear sobre su seriedad en el palco durante los partidos, el mánager explicó cómo se fraguó la relación laboral entre Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero, extenista número 1 del mundo y que lleva de la mano del de El Palmar desde hace casi seis años.

Así descubrió Albert Molina a Carlos Alcaraz

El profesional de la representación de deportistas, miembro de la empresa IMG, descubrió a Carlitos cuando tenía 12 años. “Con 11 ya había oído hablar de él y había visto algún partido. Él estaba jugando lo que ahora es el Rafa Nadal Tour y yo me desplazaba a diferentes ciudades de España y ahí ya me empezó a sorprender mucho”, confiesa Albert.

El primer contacto, obviamente, no fue con el tenista, pues era muy pequeño, sino con su padre. “Empecé a tener buena relación, a acercarme a él y a decirle que veía que su hijo tenía mucho talento y que me gustaría trabajar con él”, explica en la antena de COPE.

A esas edades, las ofertas de los representantes se basan en el apoyo a nivel logístico, deportivo y de información. “Aunque Carlos padre es una persona con mucho tenis y conoce muy bien el mundo, siempre es bueno tener una persona de fuera que tenga una visión diferente para poder consensuar y programar la estructura deportiva de Carlos en ese momento”, relata el mánager.

La llegada de Juan Carlos Ferrero

Molina comenzó a trabajar con Carlos Alcaraz a los 13 años y tan solo dos después, “tomamos la decisión de ir a buscar un entrenador top, como Juan Carlos Ferrero”.

Pero por entonces, Ferrero estaba trabajando con Alexander Zverev, precisamente el rival de Carlos en la final del domingo. “Tampoco podía tirarle mucho la caña. Pero aprovechando que después acabaron la relación, fue cuando nos sentamos con Juan Carlos y Antonio Cascales y salió la propuesta”, apunta Albert.

Juanma Castaño se interesó por cómo se llega a los acuerdos con un entrenador de ese nivel y un chico de 15 años, que apenas tiene rentabilidad económica a esa edad.

Entonces, Molina dio la clave. “Ahí, un poquito fue parte mía. Hablé con mis jefes de que había un chaval en España que juega muy bien, con una proyección muy buena. Desde internacional, Estados Unidos, me dan el ‘okey’ y ponemos una parte (de dinero) nosotros y otra parte Juan Carlos, que hace el esfuerzo e invierte a futuro”, reconoce. “Está claro que cuando acepta a trabajar con Carlos, él es consciente de que no se le va a pagar como ‘Juan Carlos Ferrero, entrenador de un top’”, añade.