El enfado de Rublev en primera ronda de Wimbledon ha generado muchas críticas en torno al estado mental del tenista ruso. En las últimas derrotas se le ha visto desquiciado y violento en más de un caso, y contra el argentino Francisco Comesaña, pagó su furia dándose raquetazos contra su rodilla izquierda.
Horas después de su bochornosa imagen, el número seis del mundo atendió a los medios para explicar cuáles fueron las claves de su repentina eliminación del torneo en hierba: "No hay mucho que pueda decir en términos de que tuve muchas oportunidades, muchísimas oportunidades, pero no fui capaz. Mi rival estuvo jugando muy bien, con una mentalidad de 10 puntos, así que por eso mereció ganar".
Sin embargo, su discurso cambió cuándo le preguntaron concretamente de su enfado, al que poco razonamiento pudo dar más allá de darse cuenta del problema que tiene en encajar las derrotas: "Es el principal problema que debo mejorar, desde luego. Aunque no me comporté tan mal como en París, sé que podría haberlo hecho mucho mejor. Este no es el camino, lo sé, así que la prioridad ahora mismo es poder mantenerme positivo durante todo el partido".
"Necesito ganar algunos encuentros, coger un poco de ritmo, pero no es fácil. Desde que perdí en París, apenas he jugado durante estas semanas, solo un partido en Halle. Cuando se rompe ese ritmo nunca es fácil, necesitas un par de victorias para recuperar la confianza, supongo que eso es lo que necesito ahora", añadió.
Una diferencia llamativa entre sus enfados en Roland Garros y Wimbledon es que, mientras que en tierra batida golpeó su raqueta con el suelo, en el segundo se decantó por hacerlo contra su rodilla. Otra pregunta fue dirigida acerca de si había cometido un gran riesgo de haberse lesionado, y dejó otra sorprendente respuesta para justificar su furia.
"No lo habría hecho si pudiera golpear la raqueta contra el suelo, pero no se nos permite golpear la hierba de ninguna de las maneras. No sé por qué hice eso en ese momento, no podía soportarlo más, necesitaba dejar salir mis emociones. Por suerte, todo está bien ahora, una vez más tuve un poco de suerte. Ahora quiero centrarme en mejorarme a mí mismo, pero sé que esto se trata de un proceso y lleva su tiempo", concluyó.