Paula Badosa está haciendo historia en la presente edición del Open de Australia al haber alcanzado por primera vez los cuartos de final, donde se medirá a la estadounidense Coco Gauff. La española se siente cada vez mejor y lo hace de la mano de su entrenador y amigo Pol Toledo, cuya complicidad le ha llevado a recuperar su mejor nivel, así como con el apoyo de Stéfanos Tsitsipas, reconociendo que, a veces, necesita enfadarla.
El catalán ha sabido manejar y gestionar el temperamento de su pupila y así lo ha reconocido en una charla con los medios españoles. "Lo bueno es que yo soy una persona muy tranquila, ella tiene mucho carácter, pero al final tampoco se me hace complicado; al final es una jugadora que sí necesita mucha comunicación en pista. Pero no es una cosa que me cueste mucho", indicó el entrenador que aprovecha la confianza y la amistad con la jugadora.
"Sí, tenemos mucha confianza eso tiene cosas buenas y cosas malas en eso. Lo bueno es que le puedo decir lo que lo que pienso siempre y por mucho que hay veces que no le guste escucharlo y cosas malas, pues que a veces, pues claro, nos peleamos más de de lo normal. Pero por encima de eso, yo creo que es un una cosa buena, una cosa buena que tengo con ella, porque si no, a lo mejor no tendría esa confianza como para decirle todo lo que se le tiene que decir", reconoció Pol Toledo.
"Hay muchas veces que la provoco; hay muchas veces que le digo cosas para que se pueda en algún momento cabrear conmigo porque es otra jugadora; o sea, cuando ella grita cuando ella juega cabreada. Con ese cara que ya conocéis es otra y es una cosa que necesita, y sobre todo, pues en algún momento en que todos los partidos aparecen en algún momento de duda, como ayer, que la otra te sube el nivel, pues es lo que se le intenta transmitir, pues para que ella pueda hacer el clic y volver a ser agresiva o protagonista en pista".
El equipo de la jugadora española aprovecha la innovación del "coaching" a pie de pista, con miembros del cuerpo técnico cerca del jugador para dar instrucciones o ánimos.
"La verdad que hemos jugado cuatro partidos; tres en estadios y una aquí en el Arena que era más complicado porque es que con el ruido que había el viento y es que era imposible comunicarse. Entonces sí que es verdad que ayuda mucho tanto al entrenador como a la jugadora y al público también, porque al final desde casa puedes ver qué le comunicas, que estás intentando que cambie el juego. Para mí es una cosa que no sé si se va a seguir haciendo. Entonces yo creo que es un cambio interesante", dijo.
Junto a Pol Toledo es frecuente ver a Stefanos Tsitsipas, pareja de Paula, en todos los partidos. Pol reconoce que es una situación positiva que viene bien a la jugadora. "Al final, Stefanos es un es un grandísimo jugador, siempre puedes aprender de un jugador como él, entonces le da tranquilidad; obviamente es su pareja y siempre quieres que esté ahí; pero tenísticamente es un placer poder tenerlo ahí; pero la ayuda básicamente de forma anímica".
Aclaró además Pol Toledo que las imágenes aparecidas en las que la jugadora decía al banquillo que saltara a la pista en su lugar se dirigían al entrenador y no a Tsitsipas, como al principio se indicó.
"Me lo decía a mí que saltara a la pista a jugar. Pero bueno, no. Él le transmitía calma simplemente, y siempre hay momentos tensos y más en un Grand Slam, que las emociones se disparan para arriba. Prefiero que saque la personalidad que tiene en pista, que no que la guarde, porque para mí es una jugadora que necesita eso en pista, que grite se anime, conecte con el público. Si hace falta cabrearse, que se cabree, pero que no se lo guarde todo para ella porque es cuando más le cuesta".