Se me ha hecho largo. Desde la última vez que salí del Bunker. Me propuse el regreso cuando el equipo consiguiera el Levante una victoria en LaLiga Santander. Y aquí sigo. Tal y como está el patio, prefiero abandonar mi encierro de motu propio antes de comerme las uvas solito y desamparado. A saber. También es verdad que los últimos seísmos me han empujado a ello. Con tanta sacudida, por mucho Bunker que sea, tampoco quería que se me cayera encima. Así que vuelvo de mi retiro y no sé ni por dónde empezar.
Estoy triste. No atravieso mi mejor momento de levantinismo. No nos vamos a engañar. Me hubiera gustado volver en otras circunstancias. El Levante UD en descenso, el entrenador en la calle y el club hecho un circo donde no falta detalle. Del hombre bala a la mujer barbuda. Lo de Paco me ha tocado. Me ha jodido, vamos. Soy de los (pocos) que sigue pensando que no era el problema ni la solución. Que tiene, o tenía ya, su parte de culpa/responsabilidad, evidentemente. Pero que debería haber tenido algo más de crédito y confianza atendiendo a su trayectoria, pues quizá también. Hace unos meses hacía historia y ahora, a los leones. Desde hace tiempo ya además. Ese caldo de cultivo… Me cuesta entender esto del fútbol muchas veces. Casi siempre, más bien.
No entiendo, por ejemplo, que si sale Paco, inmediatamente después no estén de patitas en la calle Manolo Salvador, David Navarro, el Big Data y hasta el teclado, el ratón y la alfombrilla. “Mi no entender”. Y esto solo me suscita cada vez más preguntas. ¿De verdad Paco era el culpable? ¿Se da por fracasado un proyecto recién renovado a los ocho partidos? ¿Y si Son no deja el balón muerto dentro del área pequeña para que el Cádiz te empate en el último minuto? ¿Y si Sergi Guardiola no remata como Pedro por su casa? En el último minuto también. ¿Y si Rober Pier deja de hacer de Beckenbauer y de Papá Noel a la vez regalando balones al contrario? ¿Y si Roger no falla lo que no había fallado desde infantiles? ¿Y si Aitor en lugar de matar moscas coge una pelota tan fácil como la de Mallorca? ¿Y si de repente algún día encontramos un especialista para los penaltis? Igual hasta metemos alguno. ¿Y si llega un mes en el que no hay 6 ó 7 lesionados? ¿Ahora llega Fulano de Tal y problema arreglado? ¿Le ganamos al Getafe y ya volvemos a ser los mejores y optamos a la Europa League? ¿Nadie más va a asumir responsabilidades? ¿Se van a ir todos de rositas? Por mi parte, no deberían.
Los primeros, los jugadores. Que una vez más y como siempre se acaban saliendo con la suya. No todos, eso sí. Y con esto tampoco estoy diciendo que haya sido una cama en su máximo esplendor. Pero siguiendo con las cosas que no entiendo, a ver si alguien me puede ayudar. No veo a Paco arengando a los suyos a mitad de marzo para que hicieran el indigno final de temporada que se marcaron. ¿No? Y por no irme tan lejos, tampoco me lo imagino en la charla previa del Camp Nou: “Venga chavales, acordaos, hoy no metemos la pierna, ¡eh! Intensidad cero, por favor”. Algo así me pareció entender según las palabras de Postigo tras el ridículo. Indecentes, por cierto. ¡Intensidad! ¡Lo mínimo! Di tú en tu trabajo que hoy no sale la faena porque no estás al 100%. Ni al 50%. Y así seis meses ya.
Y también los que mandan. Que para eso están también. Una de las pocas soluciones que se me ocurrían hace días era dar un golpe en la mesa. Pero de él o los que lo tienen que dar. Bajar al vestuario y dejarlo claro: “Este señor es el entrenador y lo va a seguir siendo hasta el final de temporada caiga quien caiga. El que quiera, ya sabe, a ponerse las pilas. Y el que no, que se baje del barco pero ya”. Pero claro, la dirección deportiva son los padres. Y el presidente, a lo suyo. Esperando. Jugando sus cartas. Apurando sus escudos. Y al final, caguerà de bou. A lo fácil. Por la calle del medio. A por el más débil. Si ya estaba abandonado… pues lo rematamos. Descabello. Y encima sé que se va a ir agradeciéndome la existencia, sin una mala palabra y casi por la puerta de atrás. Insisto, cositas que no me alcanza a comprender.
Y para culminar su obra, el sustituto. No voy a profundizar todavía, pero ya anticipo que lo de Javi Pereira me parece un troleo nivel Dios. Muy random todo. Empezando por la elección en sí y continuando por los tiempos de la misma. Pero claro, qué podemos esperar. A buen entendedor… Que por cierto, tanta prisa para largar a Paco un domingo casi de madrugada y aún está al mando el bueno de Alessio. ¡Y este fin de semana libre! ¡Alegría! Poco más y no llega ni al Getafe. En fin…
Yo aviso ya. Evidentemente llegue quien llegue y siga quien siga y juegue quien juegue, al final, quiero que gane el Levante y quiero que se salve el Levante y quiero lo mejor para el Levante. Con eso juegan también los de siempre, con que las masas nunca van a querer el mal del club. Ni de nadie. Por que es el suyo propio. Pero desde aquí hago un llamamiento, y así lo promoveré en los próximos días desde dónde pueda y cómo se pueda: El día del Getafe, pitada. De las buenas. De las que todavía no he visto yo en el Ciutat en tantos y tantos años. Al campo. Al palco. Que se enteren, por favor.
Hemos pasado mucha vergüenza estos meses. Que no salgan como siempre, como si nada. Que son tan culpables o más como el que ya no está. Él ya ha tenido su merecido, si es que merecía algo así. Que los de corto van de derrota en derrota desde marzo. Y los de arriba, consintiendo, viéndolas venir y con decisiones (deportivas y no deportivas) más que cuestionables. Pitad. Pitemos. A la salida al campo de los jugadores. Y a la salida al Palco también. Conforme ruede el balón, animar. Sin parar. Como si no hubiera mañana. Como si fuera el último. Es tu Levante. Y a muerte. Pero antes, que se enteren.
Víctor López
Periodista
Hola, Soy fan del Valencia CF y tengo algunas noticias inquietantes que compartir con ustedes. El equipo se ha asociado con Zone7, un desarrollador de software de inteligencia artificial para la predicción de la salud y las lesiones de los jugadores. De hecho, una excelente herramienta que transforma el entrenamiento y la selección (por entrenador) de los jugadores para mantenerlos sanos y ilesos. Sin embargo, la empresa matriz de Zone7, InPlay Ltd. en Israel, ha despedido recientemente a su jefe científico, un genio de las matemáticas del Technion Institute of Technology (el MIT local) por una razón no revelada. Dado que el algoritmo para prevenir lesiones fue una creación de este especialista, su partida puede causar un golpe devastador a todo el programa y poner en peligro todo el proyecto. Peor aún, si el programa está incompleto, los resultados pueden ser erróneos y pueden dañar el juego del Valencia. Los comentarios de su director ejecutivo, el Sr. Brown, en tal@zone7.ai, no están disponibles. Saludos, Juan-Maria Delgado
Lamentablemente los que pitemos el sábado seremos 4, como siempre, pero por merecerla, tanto la Directiva por su prepotencia, como la Secretaria Técnica por su incompetencia, como los jugadores por su falta de intensidad y carácter, se la tienen más que merecida
Excelentes reflexiones. Comparto 100%