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Jack Grealish: en el nombre de mi hermano

Jack Grealish: en el nombre de mi hermano

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Miguel Á. Vara

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No sé bien si es una historia triste o feliz, pero lo que sí tengo claro es que la historia de Jack Grealish merece ser contada y, posiblemente, guionizada y llevada a la gran pantalla. Pero vayamos por partes. "Who the fuck is Grealish?" Como se preguntan muchos en Inglaterra desde el pasado fin de semana cuando lo vieron protagonizar una semifinal de la FA Cup en la que su Aston Villa tumbó contra pronóstico al Liverpool con solo 19 años y ningún partido de Premier jugado entero. Dicho así, podíamos estar solamente ante la enésima historia de un teenager futbolero de incierto futuro. Una aparición estelar sobre el césped de un joven jugador del que hay que ver si tiene continuidad o acaba devorado por la fama prematura. Todo puede ser, pero la historia de Jack tiene mucho más cuajo, no deja de sorprender se mire desde el lado que se mire.

Para la familia Grealish, la presencia de Jack en el primer equipo del Villa es mucho más que una satisfacción porque para ellos, el Aston Villa es algo más que el club en el que juega su hijo, es parte de su vida. De hecho, si sigue jugando en el equipo de Birmingham es, precisamente, porque para el joven centrocampista el Villa es el club de su vida, el que acude a ver en directo cada partido desde que era un niño junto a su padre, otro fiel del conjunto que fuera campeón de Europa en 1982. Internacional por Irlanda desde los 16 años, Grealish tuvo la oportunidad de cambiar de aires hace un año, pero ni se planteó estudiar otras ofertas más suculentas y renovó por cuatro años del equipo del que es supporter y en el que lleva jugando desde los ocho años. Para él, no hay nada más grande que defender la camiseta del Villa, algo que está logrando con cierta continuidad desde que Tim Sherwood se hizo cargo del equipo. El  pasado domingo, en la semifinal copera, fue clave en los dos goles de su equipo y se consagró en Wembley ante una hinchada que conoce muy bien, pues sólo ha dejado de estar a su lado para pasar a estar en el césped.

El trofeo más antiguo del mundo

Pero hay más. Cuando Grealish dispute la final de la FA Cup el próximo 30 de mayo ante el Arsenal, será el segundo miembro de la familia que lo haga y ambos con el Aston Villa. Y es que su tatarabuelo Billy Garraty ya ganó el trofeo más antiguo del mundo en 1905. No sólo eso, hace 110 años el tatarabuelo de Jack fue elegido ‘Man of the match’ de una final en la que se proclamó campeón ante más de 100.000 espectadores. Desde entonces, repito 110 años, el fútbol ha cambiado en todo, pero la pasión por los villanos de la familia no ha decrecido un ápice. El antepasado de Grealish fue institución en una entidad a la que llegó en 1897 y con la que disputó 224 partidos y anotó 96 goles. Ahora, su tataranieto busca estrenar su casillero anotador pero no por ego sino porque tiene una cuenta pendiente, una promesa que cumplir y es aquí donde llega la parte más triste de una historia que, hasta el momento, parecía de color de rosa.

Todo para Keelan 

Jack se prometió hace años que, todo lo que consiguiera y cada gol que marcara sería su manera de recordar a Keelan, su hermanito pequeño. Keelan falleció cuando sólo tenía nueve meses de edad y Grealish era un niño que adoraba a su bebé. Como no podía ser de otra manera, para toda la familia, especialmente para sus padres y él mismo, el fallecimiento prematuro del pequeño fue un drama del que les costó salir adelante. Aquel duro golpe marcó tanto a Jack que nunca lo terminó de superar y vio sufrir tanto a sus padres que se prometió intentar compensar esa desgracia con alguna alegría deportiva. El padre del ahora jugador del Villa sacó los abonos del club desde bien joven para su hijo y esos ratos en Villa Park ayudaron a ir mitigando el dolor a la vez que abonaban la pasión de Jack por el equipo de su Birmingham natal.
La historia cobró cierta relevancia el 7 de diciembre de 2013, en un intrascendente partido de League One (tercera división del fútbol inglés) entre el Notts y el Gillingham. Grealish, con 18 años, se marchó cedido al Notts County para completar su formación y demostrar si estaba hecho para esto en una categoría dura, de futbolistas rudos, barro y pelea. Pese a su aspecto elegante y frágil, Jack fue titular indiscutible y, tras anotar su primer gol como profesional buscó a un señor en la grada para abrazarse a él. Nada especial ahí más allá del hijo emocionado que busca a su padre para festejar con él su gol.


Pero, tras el partido, un tweet de Jack desvelaba el secreto: “Mi primer gol como profesional se lo dedico a mi hermano pequeño en el más allá. El amor no tiene fin. RIP”. Adjuntó al mensaje una foto angelical del pequeño Keelan al que vio morir con solo nueve meses de vida. Ahora, con su llegada al primer equipo del Aston Villa la historia cobró mayor vigencia pues Jack recordó que, como no podía ser de otra manera, cuando consiga marcar con el equipo en el que también milita el ex valencianista Carles Gil, el tanto irá dedicado a su hermanito.

Selección: Eire o Inglaterra 

Como no podía ser de otra manera, la irrupción de Grealish ha traído un debate futbolístico sobre si Inglaterra debe dejar escapar su talento de cara a la selección y qué haría Jack si le convocado para la absoluta el país en el que nació, pues desde hace años lleva jugando con las selecciones inferiores de Irlanda dado que sus abuelos son originarios de allí. Jack ha defendido a Eire desde la sub15 hasta la sub21, declinando por dos veces la invitación de las inferiores de Inglaterra, que lo citó con 15 y 17 años. La pregunta de qué va a hacer ahora que llega el momento de la verdad con la selección absoluta se la repiten de manera continuada, pero de momento está regateando la respuesta, pues es precipitado pensar que el combinado inglés lo va a convocar ya aunque Irlanda sí parece dispuesta a acelerar su estreno con la absoluta y atar al que puede ser una de sus estrellas futuras.
No sólo eso, recientemente su fama mostró una cara B, con la supuesta existencia de unas imágenes suyas en la prensa sensacionalista en las que podría estar inhalando una especie de cachimba en forma de globo, que se ha puesto de moda entre los jóvenes ingleses y a la que denominan ‘Hippy crack’. Antes, dos de las estrellas emergentes del fútbol inglés, Sterling y Berahíno, ya se fotografiaron con esa especie de globo que, supuestamente, está lleno del humo de esta sustancia. Pecados de juventud posiblemente, pero sólo una anécdota que no empaña la historia de Grealish, del que seguro que el pequeño Keelan está orgulloso observándolo junto al tatarabuelo Billy allá donde se vaya una vez fallecemos, en su caso, el cielo de los villanos.
Miguel Ángel Vara

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