El 4-4-2 del Levante encaja mejor que otros sistemas
En lo que llevamos de temporada es casi tan complicado adivinar un once titular del Levante como la disposición táctica que va a emplear Paco López en cada partido de LaLiga. El técnico de Silla todavía no ha encontrado la mejor fórmula para alcanzar una regularidad y un equilibrio que se resiste del mismo modo que se ansía.
El propio Paco López se rebela contra esta situación y lejos de resignarse ante lo de que no ha dado con la tecla, pone en valor la versatilidad de su equipo y la capacidad de adaptación a diferentes situaciones con una misma idea como hilo conductor.
Sin embargo, la realidad marca que el Levante, cuando juega con el 4-4-2, juega a otra cosa. La defensa de cuatro hombres es la más fiable. Los laterales parten de inicio de su posición y no dejan su espalda sin guardar como ocurre en el 3-5-2, sistema con el que el técnico ha sorprendido en varias ocasiones. La pasada campaña consiguió encadenar varios triunfos de mérito con ese sistema y esta temporada lo presentó en el Bernabéu aunque sin demasiado éxito.
Por otro lado, el doble pivote en la medular con Campaña y Vukcevic o Radoja parece dotar al equipo de mayor empaque. Sin la acumulación excesiva de jugadores por dentro, Campaña tiene más espacios para armar el juego y da la sensación que con dos jugadores de banda todo está más equilibrado a lo largo y ancho del terreno de juego.
Precisamente, es ahí donde viene el principal problema, con los jugadores de banda. El Levante no va sobrado de extremos y por ello, la aparición de estelar de Hernani, autoexpulsiones aparte, ha supuesto un soplo de aire fresco. Sin el luso y con Morales todavía cogiendo la forma, Paco López se ha visto obligado a utilizar parches en esas posiciones de banda como Rochina.
El Levante trabajó muy bien el mercado de fichajes pues se adelantó a mucho equipos y ató a varios jugadores que interesaban incluso algunos días previos a a la apertura de mercado. Si bien, el club granota trabajó con rapidez y previsión, quizá la planificación no se correspondía del todo con un sistema como el 4-4-2, que a mí, personalmente, es el que más me ha convencido en estos primeros siete partidos disputados.
Tiempo al tiempo y tranquilidad porque, más allá de aciertos o errores, el Levante está a día de hoy donde tiene que estar, con cierta comodidad y con un gran margen de mejora que seguro ayudará alcanzar los objetivos propuestos por el club lo antes posible.