Pelos de punta: El Valencia guarda minuto de silencio virtual por su delegado Martín Labarta

El Valencia Basket guardó este lunes un minuto de silencio virtual por el fallecimiento de Martín Labarta, que fue su delegado de campo las últimas 26 temporadas y murió este domingo. El club explicó que dado que la situación de confinamiento por el coronavirus no permite hacerle un homenaje en los próximos días “no se ha querido esperar más”. Este lunes, en una multillamada por videoconferencia, todos los estamentos del club, jugadores, entrenadores, trabajadores y directivos, guardaron un minuto de silencio en su memoria que fue interrumpido por una larga ovación.

Martín Labarta, querido y respetado en todo el mundo del basket

Martín Labarta Marcén, nacido en Zaragoza, fue un hombre querido, admirado y respetado en el mundo del baloncesto valenciano, nacional e internacional. Enfermo desde hace meses, el club le rindió ya un sentidísimo homenaje en partido correspondiente a la jornada 15 de la fase regular de la Liga ACB disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis que cerraba el año 2019.. Antes del inicio del encuentro los jugadores posaron con una pancarta de ánimo para Martín Labarta, delegado arbitral del Valencia. Todos le querían y se lo demostraban. 

Su cariño, su trato exquisito hacia los colegiados, el resto de empleados, los periodistas y demás personas que se acercaban al mundo del baloncesto hace que su dolorosa pérdida ensombrezca aún más este seis de abril en el que España sigue sumido en una crisis sanitaria sin precedentes. Martín siempre tuvo una sonrisa, un trato amable con quien se acercaba a él y nunca dudó en llevar en su propio vehículo a quien hiciera falta por la geografía española para seguir los partidos de su amado Valencia Basket. Con su llegada al club llegaron los títulos. Desde la Copa de Valladolid en el 98 hasta la Eurocup del año pasado. Sus gestos convirtieron al Valencia Basket en una familia a la que daba gusto acercarse. Su elegancia y su cariño en el trato con rivales y compañeros le convirtieron en un bastión del crecimiento humano y deportivo de una entidad que se ha hecho un hueco con letras de oro en el panorama baloncestístico internacional. Martín se va, pero su figura perdura y su recuerdo imborrable también.