No era tan difícil

Como un equipo serio, sólido, ordenado... Así se mostró el Real Valladolid en el Nuevo Estadio Carlos Tartiere. Y lo más importante, siempre con la victoria en mente desde el primer minuto del encuentro, algo de lo que había adolecido fuera de casa a lo largo de toda la temporada. El Pucela completó su mejor partido a domicilio, después de madurarlo y asestar dos golpes de forma consecutiva que resultaron definitivos a pesar de las apreturas finales.

 
Aunque fuera por obligación tras la sanción de Borja Fernández, Sergio González rompió con la pareja habitual de mediocentros y retrasó a Míchel Herrero junto a Luismi Sánchez. El equipo lo notó. Vaya que si lo hizo. Además, Toni Villa desplegó su mejor fútbol en su vuelta a la titularidad y fue clave para el triunfo ante un rival directo que supone seguir en la pelea. Cada jugador, donde mejor rinde. A veces las cosas no son tan difíciles como parecen. Y ahí está el resultado.