Un ascenso, un Zamora y un trabajo incansable

Hablar de Alberto López en el Real Valladolid es hacerlo del ascenso del año 2007 que el conjunto blanquivioleta consiguió con José Luis Mendilibar. El nuevo inquilino del banquillo blanquivioleta llegó aquel año al estadio José Zorrilla y, tras el ascenso, viviría dos temporadas más en el club pero ya en Primera división. Participando de forma interna en las salvaciones de aquel Pucela, el recuerdo sobre el exportero vasco es brillante y no sólo por el trofeo Zamora que obtuvo en la campaña 2006/2007.

 

Un constante trabajador

En el verano de 2006 Alberto López llegó al Real Valladolid en el último momento. La presencia de Jacobo Sanz y de Lledó no terminaba de convencer a un Mendilibar que pidió un portero de experiencia. Caminero dio con la opción de un cancerbero de 37 años con la experiencia de casi 350 partidos en la élite del fútbol español. La idea gustó en el cuerpo técnico y el ahora entrenador blanquivioleta llegó por primera vez al estadio José Zorilla. Inicialmente firmaba un contrato de una temporada.
Dicha campaña la comenzaba en el banquillo. La pretemporada de Jacobo había sido buena y Mendilibar le daba la alternativa al canterano. Tristemente sólo duró cinco jornadas. El vallisoletano era superado por el vasco en la jornada seis. Tras participar en la derrota (2-3) ante la Unión Deportiva Salamanca, Alberto fue pieza clave en la racha que llevaría al equipo hasta Primera división. La seguridad bajo palos del cancerbero y su trabajo constante en el vestuario hizo crecer al equipo y le instauró una seguridad muy elevada sobre el equipo.
Demostrando sus galones, su historia y su experiencia, Alberto se alzó con el Zamora. El portero menos goleado de la categoría estaba en el cancerbero de un equipo que ascendía ocho jornadas antes de terminar la temporada. Con 36 partidos disputados y sólo 28 goles encajados, el Real Valladolid encontraba una base inesperada del proyecto que terminaba siendo pieza crucial. Al esperado trabajo interno, se sumó el altísimo rendimiento sobre el terreno de juego.

Mentor de Sergio Asenjo

Con el equipo ya en Primera división, el Real Valladolid decidió renovar a Alberto López. Una temporada más. El objetivo del equipo era claro, que fuera el suplente de Ludovic Butelle y que pudiera ayudarle durante la temporada. Indudablemente, tendría su oportunidad en Copa del Rey. Tristemente, la temporada del francés no fue fácil y como ocurrió un año antes, Mendilibar volvió a apostar por él. 
Fue sólo por siete jornadas. Sergio Asenjo esperaba y con él, el primer trabajo de entrenador de Alberto López en el Real Valladolid. Asesorar, trabajar y ayudar en el crecimiento de su compañero fue vital para el hoy cancerbero del Villarreal. El palentino se tenía que aprovechar de la experiencia del vasco. Los casi 20 años de diferencia tenían que valer para que ambas crecieran en sus funciones. El éxito de esta unión fue muy alta. Dos temporadas de trabajo juntos que terminaron en el año 2009 cuando el joven se marchó al Atlético de Madrid y el mayor colgó las botas.
En ese momento Alberto ya tenía decidido que su siguiente paso en el mundo del fútbol estaba en los banquillos. Ahora, esta nueva etapa le ha llevado a Valladolid, lugar donde vivirá siete jornadas de trabajo y exigencia que en el inicio estarán marcadas por las grandes sensaciones que dejó en el estadio José Zorrilla entre el año 2006 y el 2009.