Balón de oxígeno
Se necesitaba como el comer. El Real Valladolid Promesas logró un importante triunfo (2-1) frente al Internacional de Madrid y rompe así la mala dinámica que había adquirido de seis jornadas consecutivas sin vencer.
Recompensa inicial
Como en los últimos encuentros, el equipo blanquivioleta comenzaba lanzado hacia la portería rival. Sin embargo, en esta ocasión iba a ser muy diferente. La primera carrera de Waldo Rubio tenía premio. El extremeño empezaba jugada personal en la banda, avanzaba de fuera a dentro y servía el balón al segundo palo. Allí, 'Kuki Zalazar' solo tenía que tocarla para que Miguel de la Fuente empujara el balón a placer en área pequeña.
El filial se adelantaba en el marcador a las primeras de cambio, pero no se detenía. Con movilidad, rapidez y buenas combinaciones, los chicos de Miguel Rivera querían más y a punto estaban de conseguirlo. Una falta de entendimiento entre El Hacen El Id y el delantero de Tudela de Duero evitaba el segundo. Miguel lo tenía todo a favor para anotar su doblete, pero era el mauritano le arrebataba el esférico y terminaba disparando fuera desde peor posición.
La defensa madrileña se veía incapaz de detener a Waldo, un auténtico puñal en banda izquierda. Un córner forzado por el extremo llevaba de nuevo el peligro a la meta de Miguel Ángel Trenado. El propio protagonista era el encargado de servir la pelota desde la esquina y de estrellarla en el palo de la meta visitante rozando el gol olímpico.
Conscientes de los problemas defensivos del conjunto blanquivioleta en los duelos anteriores, los de Boadilla del Monte buscaban inquietar por medio de Alfonso González en jugadas a balón parado y en centros laterales que ahondaran en esta circunstancia. Ahí es donde volvían a planear las dudas en los vallisoletanos, que, aunque salían airosos, parecían perder el ritmo vertiginoso imprimido de salida.
A pesar de ello, una contra iba a resultar clave. La jugada finalizaba con un claro penalti de Jesús Moyano sobre Kike Pérez. Waldo transformaba la pena máxima sin problemas y el filial ponía tierra de por medio con el 2-0.
Sufrimiento con final feliz
En la segunda parte las cosas cambiaban. El Inter se volcaba en busca de un tanto que le diera opciones de sacar algo de su visita a los Campos Anexos. Pero los blanquivioleta tampoco se amilanaban y avisaban a los de Marcos Jiménez con peligrosos contrataques. Era el turno de los porteros. Samu Pérez volaba para desviar un cabezazo de Fer Pina que parecía dentro y Miguel Ángel hacía lo propio con doble intervención en un buen disparo de Waldo de falta con posterior remate de cabeza de Kike Pérez. El conjunto local empezaba a explotar las jugadas a balón parado, pero sus remates no lograban perforar la meta.
Lo que llegaba, sin embargo, era el tanto madrileño en una pérdida de balón. Para colmo, el tiro final de Alfonso golpeaba en Raúl Navarro lo justo como para despistar a Samu Pérez.
A partir de entonces, al equipo pucelano se le aparecían sus fantasmas más recientes. Atenazados por la gran oportunidad que tenían entre manos de acabar con la mala racha y que se les podía escapar, los nervios comenzaban a florecer. El partido se convertía en un ida y vuelta y las opciones se sucedían en ambas áreas. Los visitantes rondaban el empate, pero el Promesas lograba defender la victoria con uñas y dientes. Tres puntos que le dan aire después de unas semanas complicadas y que le vuelven a otorgar una tregua respecto a las posiciones de descenso.
