Zorrilla enciende las alarmas

Pese a la buena imagen de Real Valladolid en la derrota (1-0) ante el Fútbol Club Barcelona, la realidad blanquivioleta hablaba de tres partidos consecutivos sin ganar y más de 270 minutos sin hacer un gol. Así, la visita de un dolorido Real Betis al Nuevo Estadio José Zorrilla se antojaba determinante para las aspiraciones del equipo pucelano.

Ganar o ganar. No había otra opción pero al equipo de Sergio González le salió cruz tras un partido en el que los blanquivioleta volvieron a estar muy débiles en campo contrario. Sin ocasiones ni consistencia, los de Quique Setién consiguieron sacar rédito al poco esfuerzo mostrado. Con dos jugadas casi aisladas en su juego, los verdiblancos se llevaron los tres puntos de forma justa.

El Real Valladolid acumula ya 381 minutos sin hacer un gol y sólo ha sumado uno de los últimos 12 puntos

Con esta derrota las alarmas quedan encendidas en el Nuevo Estadio José Zorrilla. 26 puntos, tres de distancia con el descenso, sí, pero cuatro semanas sin ganar, un punto de los últimos 12, seis de los últimos 30 y 381 minutos sin gol hablan del mal momento de un Real Valladolid sin ideas pero muchos peligros.

Orígenes del sistema

En la previa del partido, Sergio González hablaba del camino al que está regresando el equipo. Los pucelanos, supuestamente, se estaban volviendo a reencontrar con buenas sensaciones. Salvo por el partido ante el Sociedad Deportiva Huesca, el Real Valladolid parece estar volviendo a su camino y, pese al debate sobre el esquema, Sergio volvía a su esquema base.

Olvidándose de la defensa de cinco jugadores, el Real Valladolid regresó a las dos líneas de cuatro y dos delanteros. Con la vuelta de Pablo Hervías, Óscar Plano y Rubén Alcaraz, el Pucela volvía "a los orígenes" en todo su esplendor. Con esta propuesta se buscaría la séptima victoria de la temporada pero, sobre todo, un balón de oxígeno.

Ese plus de motivación y ambición no iba a ser fácil y menos por la fluidez y claridad ed juego que el Real Valladolid tuvo en el partido. Que Daniele Verde generase más peligro en la falta que ejecutó a los pocos segundos de su entrada que todo el Pucela en los primeros 55 minutos confirma la poca lucidez, frescura y creencia del equipo en un partido determinante.

Con todo, y hasta la entrada de los primeros cambios, el regreso a los orígenes del Real Valladolid generó poca presencia del equipo en campo contrario y la creación de muy pocas ocasiones.

Media hora para 'otra' versión

Por ello, para la última media hora de juego, Sergio varió su esquema y su propuesta para intentar firmar un encuentro de mayor ritmo y ocasiones que sacara a flote la reciente eliminación europea del Real Betis. El dolor de la caída del jueves era un factor determinante en el planteamiento de Sergio pero Quique Setién supo sacar mucho rendimiento a su idea y propuesta.

Sin un riesgo excesivo y sin abrir mucho las líneas de juego, el Real Betis se 'encontró' con un gol antes del descanso que supo estirar hasta el minuto 87, cuando sentenció Joaquín Sánchez. El tanto de Aïsa Mandi, en una mala lectura y ejecución blanquivioleta de una falta lateral, fue un lastre que los vallisoletanos no supieron contrarrestar en ninguno de sus dos formatos.

Ni el empuje de la última media hora de juego ni, por supuesto, con la poca fluidez y velocidad de la primera parte. Parecía imposible que los de Sergio conectaran pases y llegaran a las inmediaciones de Pau López. Con todo, no era el día del Real Valladolid y los pucelanos fallaron en un duelo determinante.

El Betis, con lo justo

Sin control en los últimos minutos y con mucho más ruido que nueces y más sensación de peligro que realidad, el Real Valladolid acabó muriendo en los últimos minutos sin asustar. Ni con la entrada de Enes Ünal y un nuevo giro de tuerca al esquema, los pucelanos consiguieron encerrar al Real Betis en su área ni intimidar a Pau López.

El Real Betis se llevó los tres puntos tras exponer los justo y firmar un partido rácano en su supuesta envidiada propuesta de juego

Con todo, la insistencia blanquivioleta fue insuficiente porque los problemas ofensivos del equipo siguen latentes y más si las limitaciones se siguen mostrando como en este partido. La realidad del equipo pedía un estilo y una propuesta que Sergio no consideró oportuna en la intención de volver a los orígenes porque sí y porque tocaba pese a que ello obligara a dejar en el banquillo a Anuar y Joaquín, dos de los mejores jugadores en el afamado partido del Camp Nou.