Mata marca otro camino

La visita al Nuevo Estadio José Zorrilla del Córdoba CF, un equipo que vive al borde de la zona de descenso, era una prueba de fuego para los de Paco Herrera. El Real Valladolid vivía un duelo con "nada que perder" en la previa. Sin oportunidades que dejar escapar, ilusiones que poder perder y resquicios que no atacar, el partido 'comenzaba' con la baja de Juan Villar. El onubense, entre algodones durante toda la semana, entraba en la convocatoria pero lo hacía a un bajo nivel físico. Así, y durante el calentamiento, el máximo goleador pucelano se caía del once titular. 

 
Sin él, Jose Arnáiz era de la partida y Dejan Drazic ocupaba su puesto entre los 18 convocados. Entre el resto de los diez jugadores titulares, muchas novedades. Al regreso de Alex Pérez tras su suplencia en el Estadio de La Romareda, Alberto Guitián le ganaba la partida a André Leão en el centro del campo mientras que Raúl de Tomás era el '9' del equipo y Jaime Mata el jugador que caía en la banda izquierda. Todo sobre ese nuevo sistema que el equipo ya venía anunciando durante la sesiones de trabajo de esta semana.
Ese denominado 4-1-4-1 dejaba un Pucela demasiado largo. El Pucela, con De Tomás o Jaime Mata, éste en los últimos minutos, como referencias, mostraba carencias en el nuevo esquema. Como en la victoria (1-2) ante la Agrupación Deportiva Alcorcón, cuando se estrenaba la formación de cinco defensas, el Pucela muestra la necesidad de tener evolución y mejora en un esquema que en su debut dejaba muchas noticias pero la más importante era la de la victoria. Tres puntos que marca el trabajo, el pundonor y la lucha de Jaime Mata.

Dentro de sus cualidades

Durante la previa, Paco Herrera resumía con exactitud cuáles iban a ser las condiciones mentales y psicológicas en las que se iba a disputar el partido. Tanto Real Valladolid como Córdoba CF están fuera de sus objetivos y la presión llega a unos y a otros. Para el pacense sería "la necesidad de un equipo contra la del otro". Ambos estaban tocados en la previa y el factor local en el bando pucelano era un detalle que Luis Miguel Carrión no olvidaba en las horas previas a viajar hasta la ciudad del Pisuerga.
Así, con un encuentro muy psicológico por delante, ambos equipos mostraban la calidad que poseen en su vestuario pero las dificultades que tienen para afrontar los problemas y las muchas piedras que aparecen en el terreno de juego. Si a los problemas propios de uno y de otro se sumaba que, a nivel ofensivo, el Pucela sabía qué debía buscar y que el Córdoba entendía a quién debía darle el balón, el partido pasaba a un camino de ida y vuelta que, tras 45 minutos, salía victorioso injustamente para el Real Valladolid.
Mientras Raúl de Tomás y Jose Arnáiz sabían sacar partido a una jugada que muestra el potencial y el perfil de ambos, los visitantes no supieron aprovechar ninguno de los muchos balones dispuestos por Javi Lara a balón parado. El equipo cordobés disponía de faltas laterales, frontales y saques de esquina que bien ejecutados no encontraban rematador. Entre el encontronazo con la madera y la actuación brillante de Isaac Becerra, que espantaba todo tipo de miedos sobre su juego y regresaba a su mejor versión, el Pucela mantenía la ventaja conseguida antes de llegar a la media hora de juego con el noveno tanto de Jose en la temporada.

A los mandos de De Tomás

Si la primera parte terminaba con una actuación determinante de Isaac Becerra , que salvaba el empate visitante, la reanudación tenía un claro protagonista. Raúl de Tomás, asistente en el gol de Jose, asumía el peso del partido. Motivado por su pasado blanquiverde, el '47' blanquivioleta firmaba dos jugadas brillantes en el inicio de la segunda parte. Gestos técnicos envidiables que mostraban la calidad y el potencial de un jugador que llegaba al duelo tras un importante ostracismo en las últimas semanas. Los 51 minutos disputados sobre los últimos 360 quedaban remarcados con el rendimiento en los primeros 10 minutos de la segunda parte. El mejor Pucela llegaba con el liderazgo y la calidad del madrileño.

Con el transcurso de los minutos, Raúl de Tomás perdía esa fuerza y el ímpetu con el que había iniciado la reanudación y el partido regresaba a la dinámica de idas y venidas que había definido los primeros 45 minutos. El centro del campo de unos y de otros no conseguía hacerse con el control del balón y seguía siendo Javi Lara, aunque en el segundo acto desde una zona más retrasada, el que manejaba los tiempos del partido. Míchel Herrero, por su parte, buscaba cobrar ese protagonismo en el bando pucelano pero le costaba. El férreo marcaje visitante y sus constantes caídas a la banda le restaban ese posible protagonismo.

Jaime Mata sentencia

Antes de que el duelo entrara en ese último cuarto de hora definitivo y que podría haber mostrado los nervios de unos y de otros, Jaime Mata se encargaba de encarrilar el partido y aparcar, al menos durante unos minutos, los nervios. Una imprecisión defensiva del Córdoba CF que dejaba un balón suelto era aprovechando por el punta madrileño para, con mucha calidad, hacer el segundo tanto del partido. El ex del Girona FC, un trabajador incansable y con un elevado nivel de pundonor, encontraba el premio del gol que tantas y tantas veces se le ha escapado durante la temporada.
Con su cuarto tanto liguero de la temporada, el '9' blanquiviolera celebraba con rabia esa posible sentencia del partido y de tres puntos determinantes para el equipo. Sin llegar a despegar por el juego, la victoria servía de mucho oxígeno para un equipo que vive de los altibajos y que, en esta ocasión, iba aser premiado por el acierto. La viabilidad del juego era compartida y, por ella, los pucelanos sufrirían. El tanto de Alejandro Alfaro, que regresaba a Valladolid, a falta de 11 minutos, dejaba en el aire la victoria, aquélla que pelearía Cristian Espinonza en sus primeros minutos como blanquivioleta.
El argentino disfrutaba de sus primeros puntos en esta nueva etapa en un partido marcado por el trabajo y el rendimiento de Jaime Mata. El madrileño marca otro camino posible para este Pucela. Un equipo que, sin ser preciosista ni muy ofensivo, deja todo sobre el campo. En esa pelea entre entorno y equipo, al que se le pide mucho más tras las malas etapas vividas en los últimos años, el '9' define a ese Real Valladolid que todo seguidor blanquivioleta desea ver. Con su duelo y los tres puntos deja un resquicio de ilusión. El enésimo de la temporada.