Demasiado castigo

En el fútbol no siempre ganan los mejores; es un hecho. Las injusticias están a la orden del día y suponen un  extra con el que hay que convivir. Que se lo digan al Real Valladolid Promesas en las Instalaciones de Tajonar. El conjunto blanquivioleta fue mejor que un Atlético Osasuna B, que, sin embargo, terminó remontando y llevándose tres puntos vitales en su lucha por evitar el descenso, pese al buen partido que completaron los visitantes en la tarde de Jueves Santo.

 
Las numerosas bajas con las que llegaban a la cita los vallisoletanos obligaban a Rubén Albés a alinear dos juveniles en su once titular. Mito Martín y Miguel de la Fuente formaban de inicio y no desentonaban en un equipo que era capaz de aguantar el empuje rival durante la primera mitad y ponerse por delante en el marcador gracias a un buen pase del segundo que convertía en su duodécimo tanto de la campaña el pichichi Higinio Marín antes de cumplirse la media hora de juego. El gol afectaba a los locales y hacía crecerse a los pucelanos, que tenían la opción de sentenciar antes del tiempo de descanso, pero Jhon Steven salvaba bajo palos en el último instante.

Remontada y polémica

Los navarros apretaban en la segunda parte en busca de un empate que no se hacía de rogar mucho. Álex Sánchez empujaba a la red una perfecta asistencia de Jaime Dios justo antes de que Iván Márquez viera su segunda cartulina amarilla y se marchara expulsado, tal y como sucedía en el partido disputado en la primera vuelta disputado en los Campos Anexos.
El Real Valladolid B se las prometía muy felices en superioridad, pero, poco después, los de José Manuel Mateo se encontraban con el tanto de la remontada en una jugada personal que culminaba Enrique Barja con un gran disparo desde fuera del área que se colaba en la escuadra de la meta defendida por Tanis Marcellán. El Promesas, herido en su orgullo, se fue con todo en busca de un empate que mereció y que consiguió en tiempo añadido en las botas de Roberto Corral, pero que, incomprensiblemente, García Verdura anulaba. Demasiado castigo para un filial que mereció más, pero que se volvió de vacío de Pamplona.