La triste despedida de un mago inolvidable

Ya es historia. Mientras unos lloran su marcha y otros la celebran, Óscar González ha dejado el Real Valladolid. El Nuevo Estadio José Zorrilla ya no volverá a ver al '10' salmantino por la que ha sido su casa. El jugador cierra una etapa muy importante de su carrera tras una temporada complicada en la que ni ha sido fundamental en los esquemas de los tres entrenadores ni decisivo en el terreno de juego cuando se ha vestido de corto.

 

1.427 minutos

El ejemplo de que el '10' no ha estado a la altura que se espera de él y que no ha cumplido con el rol que debería tener se ve en el número de minutos diputados. El charro no ha llegado en esta campaña a los 1.500. Es decir, desde que se afianzó en la primera plantilla del Pucela en la 2002/2003, ésta es la campaña en la que menos ha jugado. Ha tenido un peso menor del que ya tuvo con Juan Ignacio Martínez. Aquel año en Primera División disputó 200 minutos más que en ésta su última temporada en el Real Valladolid.
El final ha sido triste y muy por debajo del que se merece un jugador con 280 partidos de blanquivioleta y 73 goles pero muy real con su temporada. Una apuesta fija de Gaizka Garitano en sus primeros partidos que se rompió en el último partido del vasco en Palamós. La desconvocatoria de Óscar en el propio estadio catalán quebró una relación que duraría pocas horas más. El vasco era destituido y Miguel Ángel Portugal se hacía con el equipo.
El burgalés, como el actual entrenador del Deportivo de La Coruña, apostó en un inicio por el jugador. Poco duró la apuesta. Sus lesiones y el tormento y la tortura que tuvo que vivir en muchas fases de la temporada le dejaban fuera de toda posibilidad de juego con el segundo entrenador de la temporada. El avance del año y el fracaso del proyecto del extécnico del Real Madrid o Racing de Santander, propició la llegada de un Alberto López que apostó por el '10' en seis de sus siete partidos al frente del equipo.

Digno cierre

Con el exportero en el banquillo de Zorrilla, Óscar ha cumplido sus funciones. El ritmo del equipo ya no era el acorde pero dos goles, uno de ellos para dar la definitiva y fundamental victoria (1-0) ante el Albacete Balompié, y una asistencia a Juan Villar en el gol que valía el empate (2-2) y la salvación matemática en el Estadio Manuel Martínez Valero han valido para hacer un cierre de campaña muy digno.
Siendo decisivo en diferentes momentos de los últimos partidos y mostrando, por fin en la temporada, su calidad diferencial, Óscar sumaba para conseguir el objetivo que "desgraciadamente tocaba", como aseguraba Borja Fernández. Con una campaña triste y siendo el octavo jugador con menos protagonismo en el equipo, el '10' blanquivioleta de las últimas cinco temporadas se marcha. Lo hace con el recuerdo de un final muy decepcionante pero con un rendimiento que en muchas fases fue mágico.