Del sueño... al descenso
La Sociedad Deportiva Huesca, próximo rival del Real Valladolid, vivió un día inolvidable el pasado 19 de agosto en el Estadio de Ipurua. La victoria (1-2) sobre la Sociedad Deportiva Éibar suponía el estreno del club oscense en Primera división. Aquel triunfo, unido al empate (2-2) en el Nuevo Estadio de San Mamés apenas ocho días después, potenció el sueño de un equipo que, ahora, llegará al Nuevo Estadio José Zorrilla en zona de descenso.
Con su entrenador viviendo estos días con el agua al cuello, el Huesca no ha vuelto a sonreír desde aquella victoria en Ipurua ni ha vuelto a disfrutar tras aquella remontada de dos goles en Bilbao. No lo ha hecho porque, desde entonces, y hasta este pasado domingo, los oscenses habían sumado cuatro derrotas seguidas.
Sólo un empate
Esa racha de sólo un punto de los últimos 15 posibles ha debilitado la ambición del equipo aragonés y ha dejado al club oscense en zona de descenso. De la alegría, fervor e ilusión de los primeros días en Primera división a la dura realidad de la actualidad, sólo han pasado unas pocas semanas. Todo por una mala racha de resultados y tras la visita a dos imponentes estadios.
La goleada (8-2) sufrida en el Camp Nou y la mala imagen de la derrota (3-0) en el Estadio Wanda Metropolitano debilitaron a un equipo que sucumbió de forma consecutiva en sus dos primeros partidos como local en Primera.
Caer por la mínima (0-1) ante el Rayo Vallecano y la Real Sociedad debilitó mucho a una Sociedad Deportiva Huesca que visitará Zorrilla en el partido más importante desde su ascenso. El Club vivirá un encuentro determinante, como así han confirmado sus jugadores. Leo Franco, más.
