Año nuevo, mismos objetivos

El Real Valladolid cerró el año 2018 en el Nuevo Estadio de San Mamés y lo hizo con una amplia sonrisa, aquélla que provocó el gol de Óscar Plano en el último suspiro del partido ante el Athletic Club. El gol del '10' fue un cierre perfecto para un año que ya es historia. Dejando atrás 2018, arranca 2019 y el Pucela lo hace con un duelo marcado en rojo por el vestuario pucelano hace semanas.

Con el recuerdo de la derrota (2-4) ante el Club Deportivo Leganés en el Nuevo Estadio José Zorrilla, el Real Valladolid, internamente, tiene definido este duelo como la oportunidad para sacarse la espina de ese partido. Con su gente y ante un rival por debajo en la tabla, los blanquivioleta deben dar un plus y la visita del Rayo Vallecano es una opción inmejorable.

Sin euforias

Pese a la distancia entre ambos en la clasificación, Sergio González no quiere euforias. En la previa ya ha dejado muy claro la exigencia blanquivioleta y las pocas opciones de relajación del equipo. El Pucela debe darlo todo para así conseguir una victoria de renombre. Ésta sería el broche perfecto a una primera vuelta de ensueño para los pucelanos.

Llegar al último duelo de la primera vuelta con más de 21 puntos sería un éxito. Hacerlo con una distancia de más de 10 puntos con un rival directo como el equipo vallecano, otro. Los premios que puede obtener el Real Valladolid en este duelo son muchos y nadie quiere dejar pasar esta oportunidad.

La visita del Rayo Vallecano supone el último partido de la primera vuelta en el Nuevo Estadio José Zorrilla

Ni equipo ni afición quieren dejar pasar este duelo. Es el último encuentro de la primera vuelta en Zorrilla. La oportunidad es inmejorable y así lo ha sentido el equipo y la afición. La imagen del primer entrenamiento de la Navidad en los Campos Anexos al Estadio habla de la importancia del duelo, del conocimiento de éste y de la comunión entre ambos.

La comunión con la afición

Con todos estos ingredientes, el año nuevo no tiene nuevos objetivos para el Pucela. Estos son los mismos de siempre, aquellos que han llevado a los últimos éxitos del Club y de este grupo.

La humildad del equipo, la exigencia de éste y el apoyo de la afición, que tanto resultados dieron en el año anterior, son la base para iniciar 2019 en un partido ante un rival en zona de descenso que dirigirá el colegiado cántabro Adrián Cordero Vega y en el que el Real Valladolid espera ser el mismo del 2018.