El Real Valladolid se olvida de su gran miedo

La victoria (0-1) en San Mamés, además de conseguir enganchar un poco más a la afición y retomar las ilusiones por el ascenso, cierra uno de los mayores miedos que ha tenido el Real Valladolid durante esta temporada. La opción de verse en los puestos que llevan a la categoría de bronce del fútbol español ha atenazado al equipo de Miguel Ángel Portugal. Durmiendo en ellos durante una semana pero, sobre todo, cerca de esa quema durante muchas jornadas, el paso por Bilbao parece dejar olvidado ese miedo. Con 11 puntos de ventaja sobre los últimos cuatro puestos, el Real Valladolid tiene ya objetivos más ambiciosos.

 

La mayor distancia

Vivir a más de diez puntos sobre las posiciones que te llevan a Segunda B es un lujo para este Real Valladolid. Lo es porque se trata de la distancia más amplia de toda la temporada. Después de que en las últimas cuatro jornadas el equipo se moviera en una de entre ocho y nueve puntos, la victoria en San Mamés aleja definitivamente al equipo de la quema. Es una brecha de casi cuatro partidos la que hace respirar al equipo blanquivioleta. Gracias a esos cinco encuentros sin encajar que hacen de este Pucela un equipo casi histórico, Miguel Ángel Portugal parece haber cerrado el miedo más grande que tenía el Real Valladolid para, así, mirar sólo hacia los puestos altos.
Sin temores y solo con ilusiones, el Real Valladolid debe confirmar en los próximos duelos todos los cambios que demostró en Bilbao. Los encuentros ante Numancia y Nàstic son una prueba de fuego para ver qué tipo de Pucela se puede ver sin ese gran miedo que tenía. Sin obsesiones por mirar a los puestos más bajos, el Real Valladolid debe dejar atrás sus cadenas y mostrar ese potencial ofensivo que siempre se ha vendido que había en el proyecto y que ahora se debe potenciar gracias a la seguridad defensiva.

Creación de Portugal

El míster burgalés es, sin duda, uno de los grandes protagonistas de esta despedida, al menos momentánea, del miedo a Segunda B. Lo es porque a su llegada al estadio José Zorrilla el equipo estaba en puestos de descenso. El avance de su proyecto y la confianza en su trabajo le ha llevado a una evolución constante. Un crecimiento que le deja a once puntos de la decimonovena posición que ahora ocupa el Albacete. Alejados de los temores, llega el momento de la confianza. Con ella, el Pucela debe dar un salto y dejar de estar en tierra de nadie para asaltar los puestos de play-off. El objetivo es claro y el Pucela lo necesita. La afición lo pide y la mejora del equipo parece merecerla.