Los cambios necesitan tiempo, pruebas y paciencia, tres ideas a las que deberá ceñirse H2K después de apostar no solo por Selfie como nuevo midlaner, sino por el cambio de posición de Caedrel hacia la jungla, propuesta incapaz de batir a Splyce en la séptima jornada de la máxima competición europea de League of Legends.
El proceso por el que está pasando H2K es complicado, no solo por la salida de Pr0lly como referencia de una marca a la que había colado entre los mejores del continente, sino porque no está al nivel económico de los más potentes, una lucha que en más de una ocasión han repetido para que Riot Games ceda en su ayuda a los equipos.
Narrativa aparte, en la Grieta del Invocador no se ha visto mucha mejora. Selfie debutó con Zoe con un buen nivel de farmeo pero algo desatinado en peleas grupales y poco pudo hacer Caedrel con Jarvan, al que se le vio erróneo en alguna ocasión. Con Ezreal en la composición, lejos del tier 1, Splyce parecía tenerlo todo en su mano, un buen split push con Camille y a Kobbe muy enchufado con Caitlyn.
H2K llegaba como el equipo con las partidas más cortas del split debido a su bajo nivel y Splyce en cambio, hizo gala de ser el equipo que alarga más las partidas. Odoamne cumplió a la perfección su función con Camille y con la ayuda de Twisted Fate, consiguió buenos 2v1 en la calle inferior para tirar inhibidor sin que H2K pudiera siquiera pelear el Nashor 3v4.
A partir de ahí el poco daño de H2K y sobre todo su mala toma de decisiones le hizo arriesgar en un Nashor definitivo, que consiguieron, pero a cambio de una quadra rival y el fin de la partida.
Splyce se coloca con cuatro victorias y tres derrotas en la zona alta de la clasificación, mientras que H2K se hunde y se mantiene con una victoria y seis derrotas.