La llegada de Salvadores de Uldum a Hearthstone ha supuesto la inclusión de una numerosa cantidad de cartas muy poderosas al meta. Las misiones, los hechizos de coste alto y la mecánica Renacer han elevado las cotas de poder del juego, pero aún así por encima de todas destaca una nueva carta.
Zephrys el Grande es una de las mejores cartas que se han diseñado en la historia de Hearthstone. Su efecto único, sumado a su coste y estadísticas, lo hacen una carta redonda y muy poderosa, cuyo único inconveniente es la condición a la que está sometida para que funcione.
Salvadores de Uldum trae de vuelta los mazos estilo "Highlander", que consisten en treinta cartas sin dos copias de ninguna de ellas. En estos mazos hay siempre una o dos cartas que requieren de esta premisa para poder activar su efecto, como es el caso de las nuevas cartas legendarias de expedicionarios o este Zephyrs.
Una vez cumplamos la condición y activemos su Grito de batalla, Zephrys el Grande leerá todas las variables de la partida (salvo datos ocultos como la mano del rival o el orden en el que las cartas de ambos mazos van a ser robadas) y nos ofrecerá la posibilidad de Descubrir la carta perfecta.
La carta perfecta la escogeremos entre las tres posibilidades que nos ofrece el esbirro legendario. Si el rival tiene la mesa llena de esbirros pequeños, nos ofrecerá un Fogonazo o una Consagración. Si el rival tiene la mesa llena de esbirros grandes, nos ofrecerá un Vacío abisal. Si necesitamos curación o nos quedamos sin cartas, una Imposición de manos. Y, si necesitamos un hechizo con el que acabar la partida, una Bola de fuego o un Fuego de alma.
El efecto, nunca antes visto, junto al coste de la carta la convierten en la mejor carta de la expansión y en una de las mejores que ha tenido Hearthstone en su historia. Los mismos diseñadores dicen que es una de sus favoritas, y solo la condición para que se active su Grito de Batalla le impiden ser la mejor. Eso sí, todo mazo "Highlander" que sea viable en estos meses la llevará con él.