Nos encontramos en una escena en pañales, que apenas ha comenzado a andar, y todavía estamos a tiempo de corregir muchos comportamientos. Y es que si los esports se caracterizan por algo, es que tu habilidad mecánica jamás se va a ver influida por tu identidad de género o identidad sexual, así como tu lugar de procedencia.
Día a día, en las diferentes plataformas nos topamos con un pequeño pero ruidoso porcentaje de intentos de persona, que a base de comentarios machistas trata de desprestigiar el buen trabajo de una jugadora o creadora de contenido. Y esta semana pasada tuvimos otra mancha negra al confirmar Dumbledoge su salida de Papara SuperMassive, a causa de comentarios homófobos por parte de su compañero Zeitnot, aún actual tirador del equipo hasta que se sepa si el equipo tomará medidas.
Dumledoge es abiertamente homosexual desde abril de 2018, y ya desde antes fue víctima de diversos insultos que le hicieron abandonar el equipo en su primera etapa, tras conseguir con ellos el llegar a dos nuevos MSI, el tercero consecutivo en su cuenta particular. No ha tenido una carrera fácil, pero su última decisión volvió a remover muchas cosas en la escena, expandiéndose por todas las regiones del mundo.
Uno de los que ha levantado la voz ha sido el técnico de G2 Esports, Grabbz, que aprovechando una entrevista con Inven Global para charlar del devenir del equipo en esta mala racha del conjunto samurái, se despidió con unas contundentes palabras que le vendría bien escuchar a más de uno: "Una última cosa. He oído el escándalo en Turquía, donde un jugador abiertamente gay está siendo acosado por su compañero de equipo. Solo quiero asegurarme que el G2 Army y la LEC tomen una posición más fuerte sobre esto. Los esports deben ser un espacio seguro para cualquier raza, género o sexualidad".
De los errores se aprende y nos ayudan a evolucionar y dejar atrás pensamientos que debieron extinguirse hace décadas. Y esperemos que el caso de Dumledoge ayude en este camino para conseguir una escena limpia y de la que podamos presumir con orgullo.