En las últimas horas nos hemos topado con uno de los movimientos más sonados a nivel del mercado de inversiones de los últimos días, con la entrada de Sony como socio minoritario de Epic Games tras una inversión de 250 millones de dólares. Una cifra que de pequeña no tiene nada, salvo entre ellos mismos, hablando de dos mastodontes de la industria, una consolidada y otra en un pleno auge al que parece que no se le ve el techo.
Esta inversión de la compañía nipona se ha realizado a través de una empresa subsidiaria de la que son plenamente propietairos, lo cual no quita en la importancia de esta apuesta de Sony por los desarrolladores de Fortnite, que a su vez ya son socios de otros gigantes como la compañía china Tencent.
Según se puede leer en el comunicado, Kenichiro Yoshida, Presidente y CEO de Sony, explicó que con esta unión se busca el ampliar la colaboración entre ambas compañías. Unificando la potente tecnología de Epic en áreas gráficas gracias al desarrollo de su motor Unreal Engine, con el poder de los activos tecnológicos de Sony: "Exploraremos las oportunidades de esta colaboración para aportar valor a los consumidores, a la industria en general, y también a todo el panorama del entretenimiento digital".
Algo en lo que coincide su ahora compañero y socio Tim Sweeney, fundador y CEO de Epic Games, que menciona la importancia de una visión compartida en el campo de las experiencias sociales en 3D en tiempo real, haciendo hincapié en la construcción de un ecosistema digital más accesible tanto para los consumidores como para los que crean contenido, que ayuda a que títulos como Fortnite, siendo una de las joyas de la corona, sea mucho más que un juego, convertido en toda una experiencia en la que poder disfrutar, entre otras cosas, de conciertos multitudinarios o grandes estrenos.