La construcción de mazos y los arquetipos de Clash Royale se rompen a cachos desde la aparición en el meta de la fénix como nueva carta legendaria, una creación espectacular volcada a todo tipo de decks por su composición, por poder, habilidad y por ser históricamente una de las cartas más poderosas incorporadas al juego apropiándose de todo tipo de combinaciones.
Y una de ellas es acercarse al montapuercos. Los mazos de montapuercos habitualmente son ciclados rápidos que le dejan espacio al jinete para golpear poco a poco la torre enemiga en una lucha fatigosa por no permitirle absolutamente nada al enemigo más que defender, pero en este caso las reglas se cambian para hacerle hueco al ave mitológica.
La fénix es un torbellino necesario para el meta de Clash Royale por su capacidad para asociarse con todo tipo de cartas, y es tan bestia su presencia que es capaz incluso de unirse con el montapuercos para hacer un mazo pesado donde tienen cabida el esqueleto gigante e incluso el mix de mago de hielo con tornado.
Con la misma esencia de los ciclados rápidos pero con otro estilo de juego, el montapuercos es el elemento diferencial para tomar el agro de la torre mientras se busca la resurrección de la fénix. Lo que en otros mazos se busca con espíritus para forzar gasto enemigo y convertirlo en un recolector de elixir, aquí es daño directo junto al veneno y al sustain del monje.
No es ni mucho menos uno de los mazos más jugados en estas semanas, ahí entran otros grupos de bridge spam, control de oleadas o full push, todos en la búsqueda de aprovecahar una de las cartas más rotas jamás vistas desde su creación. Y el monje está fuerte si se juega bien y se conocen todos los proyectiles que rechaza, pero la fénix está a otro nivel.
También se podría usar el montapuercos como sustituto de la montacarneros en un mazo de fénix mucho más ofensivo donde entra el leñador, una probatura más de las cientas que permite el meta en estas semanas de resurrección constante.