El salto del tiburón de Clash Royale con el lanzamiento del principito es uno de los más bestias en la historia del juego, y ya son casi siete años de vida. La creación de un campeón gratuito con una mecánica completamente rota para el meta es una propuesta arriesgada, y por ahora exitosa.
La tentativa de Clash Royale en los últimos meses con la llegada a PC es una búsqueda descomunal por el regreso al mainstream. Con una misión difícil, el propio juego eleva su suelo con la creación del principito, un personaje dinámico, con doble estilo y a la vez el campeón más barato hasta ahora.
Con el apoyo de un fiel guardián con dash y una cadencia de disparo en subida, el principito tiene todos los detalles para triunfar. En sus primeras horas de vida parece romper el meta completamente por el enfrentamiento 1v1 contra la mayoría de las cartas, algo a comprobar en sus mazos iniciales.
Con los puercos reales como única condición de victoria, este mazo de control tiene en los hechizos la clave. El principito es el soporte defensivo junto a los zappies, y la máquina voladora es la carta más importante de colocar tanto atrás como delante.
Los mazos más veloces de montapuercos tienen un único sustento en el cañón, y en este caso el príncipe es el mejor aliado. Quizás no por sinergia, pero sí por lo roto que está, ayuda a tanquear, apoya y permite la rotación rápida de la win-condition.
El apoyo de las evoluciones hace de esta versión del mazo de montapuercos algo mucho más ofensivo, aunque en este caso con el terremoto y el gigante esqueleto.
El contrl actual del meta favorece mazos similares, y en este caso el montapuercos dejar paso a los puercos reales para mezclar ideas previas en una sola propuesta.