Pocas veces en la historia de los videojuegos un título con inicios en móvil y continuación en el fighting game presenta una vertiente ambiciosa con el peso de Granblue Fantasy: Relink. Es todo lo que los amantes del género pueden pedir, un ARPG con un estilo visual inmaculado y un sistema de combates adictivo con una progresión casi infinita. Y por si no había quedado claro, sí, me lo he bebido y necesito más.
Después de superar al completo la historia principal de Granblue Fantasy: Relink, los problemas de desarrollo de todos estos años parecen una pequeña nebulosa olvidada con el tiempo. La obra de Cygames está acorde a todo lo que vende, es funcional a todos los niveles y sobre todo es especialmente divertida desde el inicio.
Y sabían lo que querían. Con una escala marcada desde los inicios de la saga en la eterna comparación con Final Fantasy, todo recuerda a la franquicia. Tanto en la creación artística de personajes como en los actores de doblaje, la conexión detrás del juego es imborrable. Incluso en la la banda sonora con Nobuo Uematsu al frente de algunos temas queda marcado el sello, y eso sin entrar en la trama.
La historia de Granblue Fantasy: Relink podría ser perfectamente un hijo adoptivo de un FF colocado en el universo de Dark Chronicles con el combate de Tales of Arise o Genshin Impact. En unos solos minutos de juego las referencias y los homenajes evocan a algo mucho más grande, y eso ayuda a la conexión inmediata. Un barco volador, invocaciones, una travesía en grupo y la sensación de estar en una zona de confort.
En las 15-16 horas de historia principal, sólo la punta del iceberg de lo que ofrece el postgame y el multi, la magia está presente. Los personajes están anclados a ciertos arquetipos y la historia está lanzada por la miniserie gratuita en YouTube, pero los secretos deslizan una aventura en desarrollo con mucha rejugabilidad.
Granblue Fantasy: Relink merece el gasto por el combate. La esencia del juego mezcla la fantasía con la exploración, pero son puntos complementarios en comparación a las posibilidades en la lucha y al ejercicio desenfrenado de activar decenas de combos en milésimas de segundos. Y con un grado de personalización alto, la experiencia va mucho más allá.
En este ARPG no hay apenas personajes a desbloquear inyectados a la historia, sino que seremos nosotros los que elegiremos a dedo a quién subir a nuestro barco volador. Y con un plantel tan amplio la sensación a veces abruma ante saber quién elegir para cada momento. La fluidez del combate y las mecánicas diferenciales por tripulante hacen de Relink una genialidad en pos de la rejugabilidad.
Uno de los pequeños problemas que tengo con la historia es que siempre tengo la sensación que de todos los mundos parecen el definitivo, y a veces eso no genera una evolución para ir de menos a más. Sucede también con los personajes, hay tantos dentro de la tripulación en una trama corta que quedan atrapados por sus arquetipos, aunque es sólo un pero de sólo segundos hasta pisar la arena de batalla.
La evolución de los nodos es uno de los puntos fuertes de Granblue Fantasy: Relink junto a la conexión directa con la estrategia. Potenciar al personaje de una manera y la comprobación de esa dinámica en peleas es especialmente satisfactorio. Y sucede también con las habilidades y las maestrías, lo que ayuda incluso a que los más hardcores vayan directos a la dificultad superior.
Y lo recomendamos, porque después de jugar al completo en normal no hemos muerto ni una sola vez en toda la partida gracias al control de las pociones. Y es que es muy difícil caer definitivamente gracias a la mecánica del estado crítico.
Tengo sentimientos encontrados con la trama de Final Fantasy Granblue Fantasy: Relink. Es efectiva a pesar de no ser innovadora, pero al menos a mí no me ha tocado la fibra como debería. Y no pasa nada, porque juega con elementos muy disfrutables desde el inicio en esa amalgama de cristales, fantasía e invocaciones que calma mis ansias de loco de los RPG de fantasía.
Está bien construida, pero se queda en la superficie de todo lo que cuenta ante una sensación constante de avance. Mi sensación personal es que no profundiza en historia y detalles, se queda en la superficie de todo lo que cuenta para explotar otros ámbitos a pesar de tener un lore construido con juegos anteriores. Y eso le pesa para no ser un 10. Con la fuerza de una historia como estandarte, Relink podría ser uno de los juegos del año.
Los encuentros fortuitos de la exploración son la ventana más entretenida de la misma. Sin ser el punto fuerte de título, hay opciones que favorecen la búsqueda exhaustiva en cada mapa como los villanos exclusivos de cofres con recompensas o los pequeños minijuegos. Ese plus de interacciones hace algo más dinámico cada capítulo más allá de las peleas, y funciona.
Con las misiones hay una grandísima variedad donde estamos en modo supervivencia, barricada, matar a un jefe o luchar en una pequeña mazmorra. Y lo curioso es que depende de cada misión hay muchos objetivos que lo hacen muy rejugable, y gracias al plantel hace que una misión sea perfecta para un personaje y no para otro. También sucede con los pequeños retos de cada misión.
Con Nobuo Uematsu al frente de la banda sonora original de los móviles junto a Tsutomu Narita, el desenlace en Relink es obvio. Esa magia trasladada a cada acorde, sobre todo en los primeros minutos, envuelven el juego hasta hacerlo especial desde las fanfarrias al menú de inicio. Y todo estalla con la aparición inicial del villano, un homenaje a Sephiroth en estilo, forma y fondo desde los coros a las famosas campanas del villano del VII.
Granblue Fantasy: Relink es un juego preparado para brillar en el postgame. Por momentos el juego recupera la sensación de tutorial de todas las novedades desplegadas, y empieza la búsqueda de la perfección con más dificultad, más misiones y la expansión al multi. Y aunque sea a pinceladas, también hay un pequeño broche a la narrativa con tareas pendientes.
El resumen global es que la adicción es la mejor compañera para echar horas entre pruebas y perfecciones. Yo he pasado el juego convirtiendo mi equipo en cosas totalmente diferentes hasta terminar con Zeta, Syta, Rosetta e Io. Mucha parálisis, algo de cura y sobre todo daño y combos aéreos. Y esa búsqueda hace de Relink una genialidad en busca de la perfección, porque siempre habrá una misión imposible a la que acudir.