Análisis de Banishers: Ghosts of New Eden, la supremacía narrativa
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Una inmersión completa con una de las narraciones el año
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Con algunos debes, tiene momentos icónicos entre escenarios y giros de guión
Banisher: Ghost of New Eden podría ser la mejor serie del año si HBO compra los derechos. Desde esa perspectiva es fácil entender el nivel del guión del juego y a qué punto de intensidad es capaz de llegar desde el aspecto audiovisual. Con la creación de un universo arrollador centrado en los personajes, Don't Nod redefine su estilo con una experiencia imperdible.
La forma de entender Banisher: Ghosts of New Eden desde su concepción pasa por el filtro conversacional. Con el peso puesto en el eterno debate entre la vida, la muerte y el amor, Don’t Nod baña cada cinemática del juego para darle sentido al viaje de Red y Antea, y lo hace con lugares icónicos fácilmente reconocibles. Una hoguera, un ritual o un fantasma, todo está encerrado en el mundo con mucho peso. Y funciona.
En esa ambientación los rasgos de personalidad de cualquier personaje secundario rebosa la pantalla con solo dos planos. Y con la repetición de esos matices en guión y dirección, la base del título es una genialidad, sobre todo si lo entendemos como un todo. Porque estos tres párrafos podrían ser el punto de partida de cualquier ficción…y a estas altura ya podríamos zanjar el debate del videojuego hecho película para considerarlo como un género integrado. Esto es mucho más.
Un trazo más lejano en la narrativa de Don't Nod
Banishers: Ghosts of New Eden es un paso más hacia la perfección de Don’t Nod. Aunque queda lejos, la evolución de la desarrolladora desde las aventuras narrativas a la historia de Red y Antea marca un antes y un después por mantener el músculo de la trama hasta ampliar la jugabilidad. Sobre todo tras un marco concreto con juegos como Life is Strange, Vampyr y Jusant.
El juego de luces del desembarco de los desterradores en New Eden es sólo una pista de las dos caras de la propuesta: amor y muerte. Da igual cómo lo leas, el sentido se lo das tú en partida con la toma de decisiones. Con un peso dramático en los orígenes, la hoz imaginaria está presente en cada caso fantasmal, pero sobre todo en las conversaciones más cercanas. Y esa atmósfera oscura acompaña a los dos hasta los confines de la narración.
El mimo por la trama junto a la originalidad de la historia plantea una bofetada desde el inicio para los amantes del recorrido de personajes y entornos. Si eres de los que nota los giros antes de que lleguen, hay muchas huellas en el camino ante las fauces del plot twist, aunque lo mejor es el desglose de personalidades.
En eso Don’t Nod son unos genios, y la gestación en Banishers: Ghosts of New Eden los llevan al siguiente nivel. Sí es cierto que el único punto en contra es el achaque del marketing, porque la promoción de la historia de amor es un spoiler en sí mismo por la situación de Antea. Y eso pierde gancho con las primeras horas del juego, aunque es el precio lógico a pagar para atraer a la gran audiencia.
En esa tesitura estamos también como jugador en la toma de decisiones durante la partida. Con diferentes finales, la toma de decisiones es trascendental para el futuro de la pareja, y realmente se siente como un cambio dramático tanto para los personajes como para el jugador.
Los combates, una renovación que va de menos a más
La perspectiva ante un juego de Don’t Nod cambia con Banishers. El salto al RPG de acción tiene un debe con las peleas, y sin duda es el punto menos perfeccionado del juego. La repetición de enemigos pesa y la evolución de los personajes hasta tener un arsenal de combate entretenido es algo lenta. Aún así, hay luz en la compatibilidad de personajes con los combos entre Antea y Red, un brillo absoluto que toma fuerza en la parte final con la mayoría de las habilidades y pasivas desbloqueadas. Y es disfrutable, pero en comparación con títulos con los que se compararon en el desarrollo como el último God of War, hay mucha diferencia.
De hecho nuestra recomendación es potenciar lo antes posible las mejoras que relacionan el poder entre ambos en el combate. Es ahí cuando el juego exhibe todo su potencial entre sables, botafuegos y magias, sobre todo cuando el combo de uno lo finaliza el compañero. Y tendrás tiempo de hacerte con la mecánica, en las primeras horas todos los lobos y fantasmas son especialmente sencillos de batir.
La exploración y la duración de Banishers: Ghosts of New Eden
Esa dualidad pesa algo también en la exploración. Aunque el mapa es gigante y ofrece muchas distintas posibilidades de interactuar con el ambiente, a veces aparece como algo frío. Pasear por New Eden deja un entorno interesante aunque alejado de grandes producciones. Por momentos he tenido la sensación de que necesitaba algún estorbo más para no estar un buen rato paseando hasta la siguiente parada, combate o refugio.
La historia principal surca las 20 horas pero fácilmente puede subir unas diez con pocas misiones pendientes y algo de atención a cartas, libretos, notas y demás objetos que amplían la intrahistoria de las maldiciones en New Eden. De hecho el imaginario de Banishers: Ghosts of New Eden es sensacional, y es que “los fantasmas están hechos principalmente de memorias”.
El salto de fe de Don’t Nod con Banishers: Ghosts of New Eden es definitivo. En un renovación de su aspecto visual, el salto gráfico es un escaparate aún más grande tras sus éxitos. Y mientras sueño con que HBO haga un The Last of Us con esta maravilla, sólo recomiendo que sigáis el diseño de producción del juego entre refugios, invocaciones y escenarios. Hay magia y ya están a la altura de ese no denominado octavo arte.
Las conclusiones de Banishers: Ghosts of New Eden
- Lo mejor:
- La historia en toda su amplitud.
- La sensación en la toma de decisiones con cada caso.
- Los combos para alternar a Red y Antea en cada lucha.
- Genera un entorno icónico: la escenografía se queda en la retina así como todo New Eden.
- Lo peor:
- La ausencia de variedad en los enemigos.
- El combate no es el punto fuerte hasta el último tramo del juego.
- La exploración de entornos abiertos es algo vacía por momentos.