Hemos tenido ocasión de probar la nueva y flamante versión de la mítica consola doméstica que hizo historia a finales de los 70. Una nueva versión moderna de una consola retro que, esta vez, no tiene nada de ‘mini’. La Atari 2600+ ha llegado a nuestro país distribuida por Plaion y es toda una carta de amor a la nostalgia y a todas las sensaciones que transmitía aquella primera consola doméstica de masas que popularizó los cartuchos intercambiables.
La Atari 2600 fue aquella primera consola que, de verdad, comenzaba a aparecer en algunas casas a finales de los 70 y principios de los 80 (en las casas de algunos privilegiados, claro, que costaba una pasta). En mi caso, yo la vi por primera vez en casa de unos primos y el flechazo fue inmediato. Esa carcasa rematada en madera, la enorme ranura para insertar los cartuchos y su joystick tan característico. Tener ahora entre manos esa Atari 2600+ nos ha hecho retroceder en el tiempo, a pesar de las ligeras diferencias propias de una versión actualizada de este clásico.
La consola no es una versión ‘mini’, como hemos dicho, pero tampoco es una réplica exacta, aunque recuerda poderosamente al original. El tamaño de esta Atari 2600+ es, más o menos, un 20% inferior a la máquina original, pero está calcada al detalle. Otras sutiles diferencias se encuentran en las conexiones: en la parte inferior ahora tenemos una conexión HDMI (para conectarla a cualquier TV moderna, pudiendo activar un selector en la parte trasera para cambiar la imagen de 16:9 a 4:3 original) y un conector USB-C, para el cable de alimentación USB que incluye. Como en la consola original, en la parte superior están los selectores de encendido, el que sirve para cambiar de color a blanco y negro y los de ‘Game Select’ y ‘Game Reset’. Y ahora el logo de Atari en el frontal de madera de la consola se ilumina en blanco cuando se conecta el cable de alimentación.
En su interior la consola no pretende ser una réplica exacta de la original, ya que la Atari 2600+ emula los videojuegos originales a partir de los cartuchos, pero la emulación es perfecta. Aquí no esperes que se haya adaptado la jugabilidad o se haya ‘dulcificado’ el gameplay para las costumbres del siglo XXI. Los juegos son duros, difíciles y puñeteros como lo eran el día que salieron al mercado. Nostalgia y realismo absoluto, desde luego. Además, la nueva consola llega con cartuchos propios, con algunos de los juegos más míticos de aquella plataforma, pero lo mejor es que la máquina es compatible con los viejos cartuchos originales de Atari 2600 y Atari 7800. Por lo que es una compra obligada para todo aquel que acumule una buena colección de cartuchos guardando polvo en alguna caja.
La consola incluye un cartucho ’10 juegos en 1’ que incluye algunos de los títulos más míticos: Adventure, Combat, Dodge 'Em, Haunted House, Maze Craze, Missile Command, RealSports Volleyball, Surround, Video Pinball, Yars' Revenge. Para cambiar de juego hay que modificar una serie de cuatro pestañas en la parte posterior del cartucho siguiendo las combinaciones que aparecen en la carátula de cartón, antes de insertar el cartucho en la ranura. La sensación física de elegir el juego e insertar el cartucho nos trae recuerdos que teníamos almacenados en la memoria de nuestra infancia. Al igual que la sensación de manejar los juegos con el mítico Joystick CX40+ que está tan duro y responde tan rematadamente lento como recordábamos. Pura magia nostálgica.
Los conectores de los periféricos son los originales y también puedes usar tus joysticks antiguos si los conservas. También se puede adquirir, aparte, los míticos controladores Paddle CX30+, los dos mandos que se manejaban con una enorme rueda en su parte superior (y que en esta versión comparten una misma conexión) y que se venden junto con un cartucho de ‘4 juegos en 1’ que incluyen los títulos: Breakout, Canyon Bomber, Night Driver y Video Olympics.
En definitiva, estamos ante una maravillosa reproducción de una de las consolas más icónicas de la historia de los videojuegos. Una réplica cargada de detalles y que ha mantenido todas las sensaciones físicas que nos trasladaba la original: no hay juegos precargados en la consola, sino que hay que volver a los míticos cartuchos, a los originales o a los nuevos que Atari ha preparado (con clásicos de siempre, colecciones y algunos juegos más modernos programados en aquel sistema). Una fabulosa máquina para los que cuenten con alguna buena colección de cartuchos o para todo amante de los videojuegos retro que quiera revivir, o vivir por primera vez, aquella época primigenia del medio.