Los destellos de GOTY de Final Fantasy VII: Rebirth esconden algo más que el disfrute para toda una generación de jugadores. A pesar de ser uno de los juegos más ambiciosos y disfrutables de la saga, hay algunas pistas que ocultan información sobre las ventas. Y claro, en la búsqueda de la tercera entrega la necesidad por conocer el éxito define el futuro de la historia de Cloud, Zack y Sephiroth.
La comparación entre Final Fantasy VII: Rebirth y Remake es inevitable en múltiples aspectos, también en las ventas. Hace cuatro años SquareEnix tardó sólo tres días en desvelar el éxito del regreso a Midgar para impulsar la marca de uno de los títulos más deseados de la última década. Y sin embargo ahora sólo se escucha de lejos una tenue música a piano desde Nibelheim.
En su día los 3,5 millones de copias vendidas por Remake en poco más de 72 horas fueron un empujón al juego. Y hoy día apenas hay información sobre Rebirth más allá de las cerca de 300.000 copias físicas vendidas en Japón en dos semanas. Y que el dato sea tan concreto define que hay una suma de cifras que a día de hoy no interesa vender. Y eso que en sólo dos días Rebirth está por ejemplo entre los juegos más descargados de PlayStation en febrero.
Obviamente es imposible medir en el mercado actual cómo de relevante es una cifra sacada sólo de ventas físicas y en una región. Pero la diferencia en la toma de decisiones con respecto a 2020 choca por la ausencia de novedades oficiales por parte de SquareEnix.
Final Fantasy VIi: Rebirth es mucho, mucho mejor juego que Remake. Es innegable. El acercamiento al trasfondo del juego, el lore, el mimo a los personajes, a sus relaciones y la jugabilidad enmarcada en ellos es infinitamente mejor. Y todo ello sin hablar de minijuegos, combates o el mundo abierto, los tres puntos fuertes de esta segunda parte a modo de secuela, pseudoremake o como quiera denominarse.
Y estas letras sólo corroboran una sensación inequívoca sobre un posible cambio de estrategia al publicar las cifras, pero asusta. Y lo hace porque como fan del juego y enamorado de esta nueva trilogía, el cariño, el trabajo y los millones detrás de Rebirth son los que han conseguido levantar un juego tan gigantesco como este. Y si no hay un éxito absoluto detrás, será muy difícil que la industria consiga de nuevo levantar algo así.
A no ser que llegue un The Witcher 4 o un Red Dead Redemption 3, un RPG tan vasto como este es inimaginable, y por eso el miedo subraya cada palabra. Ojalá todo sea un éxito, los millones caigan para mantener el proyecto y el desarrollo ya iniciado de la tercera entrega sea un cierre ideal. Por planteamiento, producción, puesta en escena y jugabilidad. Pero también por posibles remakes futuros del resto de la saga Final Fantasy.
Los rumores alrededor de un Final Fantasy IX Remake sólo son la base de hacia dónde puede volar la franquicia en los próximos 10 años. Innovación con nuevas entregas y un aleteo con vistas al pasado para mejorar historias épicas.