El dardo al corazón de todo amante de Pokémon ante una colección liderada por Charizard es el primer gancho para buscar esta colección superprémium. La evolución más famosa de entre los tres pokémon iniciales es la reina de un producto de coleccionista por cartas, paquetes y figura. Y después de abrir el pack para analizarlo al completo, te contamos qué se siente con el rey de las llamas en las manos.
La salida al mercado de una colección con una de las figuras más grandes jamás lanzadas por JCC Pokémon en un pack es una sugestión. Más aún si el rojo fuego de Charizard aviva a cualquier jugador y/o coleccionista a ir detrás de la carta promo del personaje.
La figura de Charizard es la joya de la corona. El valor de la carta EX, de Charmeleon y de Charmander está presente por el pack que es, por la promo de la evolución final y por el producto en sí mismo. El verdadero valor de la colección superprémium tiene como complemento los sobres de refuerzo, pero la figura es el fuerte por Charizard, el producto principal.
Una de las preguntas más repetidas por parte de la comunidad de JCC e incluso por parte de los coleccionistas es por dónde empezar. Esta colección es una oportunidad ideal para ello, primero por la variedad de paquetes, pero sobre todo por viajar al pasado para tomar de la mano a uno de los pokémon iniciales para comenzar la andadura.
Principalmente porque trae la figura más imponente hasta la fecha en comparación a colecciones previas. Segundo por el mimo que acompaña a las tres cartas holográficas en su presentación, y sobre todo porque es además una caja con un perfil perfecto para varias generaciones. Esto es todo lo que contiene.
El valor de una colección como esta bien merece una reflexión sobre cuál es el fin de la misma, porque como objeto de coleccionista es un tesoro. Dentro o fuera de la caja, el propio pack en sí mismo tiene un valor incalculable más allá de la apertura de los sobres o de imaginar a Charizard en una estantería. Y no sólo por la figura, sino por el arte incluido incluso en el dibujo del mismo paquete con el arte del pokémon.
El fin de la figura como base para exhibir la carta ya indica un punto de coleccionismo que va más allá del combate. La tentación de cada uno ante la figura y los propios sobres está en el pack, en la decisión de guardar, jugar, decorar o todo en uno. Es un regalo ideal, pero amantes de otras generaciones pero también para uno mismo más allá de la apertura de sobres.