Dicefolk: un delicioso roguelike táctico con tiradas de dados

Hay ocasiones en las que uno busca experiencias diferentes y refrescantes. Dicefolk, si duda, es un perfecto ejemplo de ello. Encontrándonos con un roguelike altamente estratégico, que mezcla el mazmorreo con el RNG de una tirada de dados. Debiendo combinar ambos para poder triunfar.

El título de Leap Game Studios y Tiny Ghoul es una de esas maravillas que sorprende gratamente. Especialmente con una deliciosa animación dibujada a mano, acompañada de una banda sonora cuidada y trabajada para ser otra delicia para nuestros oídos. Todo en Dicefolk es 'bonico' al extremo. Y es lo que hace que te enamores en el primer minuto de juego.

Es ahí donde comienza nuestra aventura, con el primero de los talismanes, el cual nos permitirá desbloquear y liberar a las quimeras. Pues ese es nuestro objetivo. Liberarlas del embrujo de Salem y que nos ayuden a llegar a nuestra meta.

Seis dados para controlarlos a todos, la magia de Dicefolk en combate

A través de un sencillo mapa podremos movernos entre 'mazmorras', siendo la mayoría de ellos combates contra otras quimeras que siguen bajo el yugo de Salem. Pudiendo encontrar zonas 'de descanso' de todo tipo, tanto para recuperar fuerzas como para reforzar nuestro equipo.

Por un lado encontramos el forjador, que añade nuevas caras con nuevos efectos a nuestros dados, reforzando así nuestros ataques. En la tienda encontraremos objetos útiles de todo tipo, tanto de un solo uso como equipo. Pero las que deberemos gestionar son las fogatas y zonas de bayas, pues llegar a ellas significará tener que activarlas o perderlas, y la gestión de la curación de las quimeras es clave.

Tras un pequeño tutorial, llega el momento de lanzarnos al combate. Que es donde reside la magia de Dicefolk. ¿Por qué? Porque controlaremos tanto a nuestras quimeras, como a los enemigos. Y jugar con el orden de cada turno será lo que deberemos gestionar para un combate más efectivo. Especialmente a medidas que vamos consiguiendo objetos con efectos especiales que afectan al líder o a los que están en retaguardia en esa ronda.

Poco a poco, llegaremos a nuestros primeros santuarios de quimeras, para incrementar nuestra colección e incrementar nuestro poder en combate. Pero no debemos dejar que nos lleve el entusiasmo. Es mejor ser pacientes, pues solo podremos reclutar una quimera por nivel. Y si llegamos al último santuario, podremos elegir entre todas las opciones posibles.

La derrota es un proceso natural en la vida

Otro giro que nos da Dicefolk es encontrarnos con la derrota. Una vez que nuestras tres quimeras son debilitadas, ya no podremos continuar con la partida y deberemos empezar de nuevo. Aunque con cada partida, se abrirán nuevos caminos, nuevos talismanes y nuevas quimeras a poder desbloquear. Convirtiéndose en un proceso natural y de aprendizaje, al igual que en otros títulos de supervivencia como Project Zomboid, de vivencias únicas.

Existen maneras de reanimar o revivir quimeras. Pero para ello deberemos llegar a partes relativamente avanzadas de nuestra partida, y conseguir esos poderes entre los diferentes elementos a nuestra disposición. De ahí la gran importancia mencionada de gestionar las zonas de descanso.

Las conclusiones de Dicefolk

• Lo mejor
  • Artísticamente es maravilloso. Tanto el visual como el sonoro
  • El componente de partida única le da un toque especial que nos obliga a tomárnoslo en serio desde el primer minuto
  • Controlar a los enemigos es el complemento definitivo a la estrategia

• Lo peor
  • La curva de aprendizaje es ligeramente frustrante, pero solo al inicio, hasta que vamos aprendiendo a base de errores. Lo que para muchos es otra ventaja.

Nota: 82 / 100